Poesía.... Para tod@s

DEJA QUE MIS MANOS


Deja que mis manos
recorran tu cuerpo
y como mariposas en celo
vayan fervientes bebiendo
las mieles de tus encantos

Deja que mis manos
vibren al contacto
de tu piel ardiendo
y se vayan en ti hundiendo.

Deja que mis manos
construyan tus arrebatos
al ir con celo obteniendo
las mieles de tu pudendo.

Deja que mis manos
vayan en tu cuerpo libando
el dulce vino de tus llanos
y que se vayan recreando
en tus botones lozanos.

Deja que mis manos
se llenen de ti
para llevar a mi mente
la presencia de tu ser.

Deja que me mis manos
se llenen de ti
para atrapar los recuerdos
y tenerte siempre en mi.

Enrique Canchola Martínez

Si pudiera detener el tiempo
le pediría se quede quieto,
para poder llenarte de besos,
y lo que siento sería eterno.

Si Dios me concediera un deseo,
pediría detener el tiempo,
que me regalase años contigo,
estar juntos en todo momento.

Que el lucero ilumine el encuentro,
que brille la luna en el firmamento,
que el viento acaricie nuestros cuerpos,
y que este momento sea nuestro.

Si yo pudiera detener el tiempo...
No sé si pueda… Haré el intento.

Delia Arjona

que te vengas a la cocina
mientras preparo una cena vegana
y pasees colmillos e incisivos sobre mi cuello
que dibujes soles de jengibre en las axilas
(el banco se está encendiendo)
y tomes la batuta
(perdón
la cuchara).
que el delantal se escurra hacia el mármol
justo antes de poner el fuego al mínimo
y nos olvidemos de la cúrcuma
a punto de caramelo
a punto del destierro de las sombras:
nos rebosan luces rojiazules
y algún cometa
de canela

Beatrice Borgia.-

¡Si una espina me hiere, me aparto de la espina,
...pero no la aborrezco! Cuando la mezquindad
envidiosa en mí clava los dardos de su inquina,
esquívase en silencio mi planta, y se encamina,
hacia más puro ambiente de amor y caridad.

¿Rencores? ¡De qué sirven! ¡Qué logran los rencores!
Ni restañan heridas, ni corrigen el mal.
Mi rosal tiene apenas tiempo para dar flores,
y no prodiga savias en pinchos punzadores:
si pasa mi enemigo cerca de mi rosal,

se llevará las rosas de más sutil esencia;
y si notare en ellas algún rojo vivaz,
¡será el de aquella sangre que su malevolencia
de ayer, vertió, al herirme con encono y violencia,
y que el rosal devuelve, trocada en flor de paz!

Amado Nervo.