El poder de la risa
¿Por qué el masaje es tan curativo? o ¿por qué las caricias son tan placenteras? Pues, sencillamente, porque ambos estimulan la segregación de endorfinas, así que cada vez que experimentamos placer, cuando sentimos estados de euforia y felicidad o cuando disfrutamos con la música, la poesía, el arte o la naturaleza, están en juego las endorfinas.
Cuando reímos el cerebro hace que nuestro cuerpo las segregue; de hecho, una simple sonrisa emite la información necesaria que activa esa segregación de drogas naturales que circulan por el organismo, y que resultan cientos de veces más fuertes que la heroína y la morfina, pero gratuitas y no tienen efectos secundarios.
Las endorfinas, específicamente las encefalinas, tienen la capacidad de aliviar el dolor, pero además envían mensajes desde el cerebro hasta los linfocitos y otras células para combatir los virus y las bacterias.
Las endorfinas desempeñan también otras funciones entre las que destaca su papel esencial en el equilibrio entre el tono vital y la depresión. De ellas depende algo tan sencillo como estar bien o estar mal.
Pero lo interesante de la risa es que se ha comprobado que los enfermos de sida o de cáncer tienen una mayor resistencia mientras mejor es su estado anímico. Por esta razón, en Canadá, específicamente en Ottawa, los atienden con sesiones de Risoterapia.
Los especialistas descubrieron que la risa es un buen medicamento que renueva la energía del enfermo y le estimula ante su padecimiento. La risa franca estimula casi todos los órganos, sobre todo si se tiene en cuenta el incremento de la circulación que sigue al masaje vibratorio producido por los espasmos del diafragma.Gracias a ello los órganos funcionan mejor y su resistencia a las enfermedades es mayor.