LAS FORMULAS PARA GANAR LA GUERRA
El dolor, ese enemigo invisible
Ya no existe la obligación de soportar las molestias. Hay nuevos métodos para aliviarse y recuperar la calidad de vida.
EL DOLOR TOTAL SE DEFINE COMO UNA FIBROMIALGIA.
El dolor es "una sensación molesta y af lictiva de una parte del cuerpo". La Real Academia Española también lo define como una "pena y congoja que se padece en el ánimo". Siempre es subjetivo, difícil de medir y tan viejo como la pelea de la humanidad para mitigarlo.
Los doctores Luis Cámera, Eduardo Stonski y Daniel Weissbrod, directores del Gr upo de Alivio al Dolor del Hospital Italiano y responsables de los cursos de postgrado, coinciden en que "el dolor es un fenómeno comunicacional. Al paciente hay que creerle. No hay ningún método de laboratorio ni de imágenes que pueda diagnosticar objetivamente el dolor. Es el grito universal de ayuda".
La Medicina del Dolor nació para combatirlo o, por lo menos, aliviarlo con el auxilio de otras especialidades médicas. Su objetivo principal es analizar los pedazos doloridos de un cuerpo, diagnosticar la patología y tratarlo de manera integral.
En ocasiones los pacientes no refieren un sólo punto de dolor. Este "dolor total" se define como fibromialgia, una dolencia que suele venir acompañada de cansancio físico, dificultad para dormir, cefalea crónica, es decir una concatenación de síndromes dolorosos que el paciente describe como "me duele todo".
Por medio de la evaluación, el médico va determinando la génesis y naturaleza del dolor. Y aunque en la siguiente consulta siga manifestando dolor, el paciente habrá podido reiniciar sus tareas habituales y mejorado su calidad de vida. Gran parte del éxito del tratamiento radica en las terapias físicas, dietas, la fuerza de voluntad y el ánimo del paciente. En el dolor crónico el remedio atenúa, no trabaja sobre la causa; en cambio, en el dolor agudo se necesita terapia farmacológica.
Sin subestimar los "dolores anatómicos" y para "capitalizar el alivio", el terapeuta enseña al paciente a discriminar sus focos de dolor para ayudarlo "a construir intelectualmente su propio dolor y comprender qué le pasa".
Es el principio del alivio.