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| Tema: NARCOLEPSIA, CUANDO LA VIDA ES SUEÑO Lun Mar 16, 2009 10:23 pm | |
| NARCOLEPSIA, CUANDO LA VIDA ES SUEÑO
Sofía Montoya
La narcolepsia es un trastorno del sueño caracterizado por alucinaciones y excesiva somnolencia durante el día, a la vez que se presentan alteraciones que impiden dormir adecuadamente por las noches. Aún se ignora qué lo provoca, pero existen terapias y conductas que ayudan a mejorar la forma de vida de quienes padecen este mal.
Se estima que afecta a una de cada dos mil personas, y no distingue entre hombres o mujeres; puede presentarse paulatinamente desde la niñez y hasta la tercera edad, pero suele hacerlo en la segunda o tercera década de la vida. La narcolepsia es, sin embargo, una enfermedad poco entendida en nuestros días que merece cuidados especiales debido a que genera en quien la padece sueño excesivo durante el día, letargo, fatiga, periodos amnésicos, visión borrosa y "ataques de sueño" que se caracterizan por:
Pérdida súbita de la capacidad de movimiento. Alucinaciones muy vivas mientras se duerme. Se inicia a causa de emociones fuertes, reír, excitación, ejercicio físico vigoroso o tener relaciones sexuales. Las cataplejías, como se les conoce en términos médicos, pueden aparecer en cualquier momento y lugar, varias veces al día, y durar minutos o incluso una hora, dependiendo de si la persona se encuentra en una posición confortable o incómoda. Se repiten con más frecuencia en situaciones rutinarias como ver televisión, leer, ir en autobús, escuchar música o después de una comida fuerte, aunque también pueden ocurrir mientras se realizan actividades: conducir un auto, caminar o al estar conversando.
Por ello, no se recomienda a quienes sufren narcolepsia realizar viajes largos, ni que desempeñen trabajos en los que utilicen máquinas peligrosas, y en cambio deben procurar descansos durante períodos cortos al día, así como dormir siesta.
Súbito ataque de sueño Durante la cataplejía varios músculos pierden su fuerza, ocasionando problemas de diferente magnitud, que van de pesada caída de los párpados a la de una o varias articulaciones: cuello, mentón o incluso de todo el cuerpo. Esto sucede porque durante este ataque la persona entra súbitamente en la etapa de sueño profundo (llamada REM, por sus siglas en inglés), que es en la que se desarrollan los sueños propiamente.
Tomando en cuenta esto y ya que durante la cataplejía no se pierde la conciencia, es común que el paciente narcoléptico describa sus experiencias como muy desagradables y angustiosas, similares a aquellos episodios en que hay imposibilidad de movimiento al despertar. Asimismo, miedo y ansiedad pueden intensificarse todavía más cuando aparecen las llamadas alucinaciones hipnagónicas, que son sueños muy vívidos y terroríficos de tipo visual, táctil, motor y auditivo.
Durante estos ataques, la musculatura más frecuentemente afectada es la de cara, mandíbulas, cuello y, en ocasiones, la de tronco y piernas, y debido a ellos hay alto riesgo de tener accidentes al conducir u operar maquinaria peligrosa en la casa o el trabajo.
Sigue siendo un enigma Aunque se ha mencionado en distintas ocasiones que existen factores precipitantes como menstruación, cambios súbitos en el horario de sueño, estrés, padecimientos como mononucleosis infecciosa (enfermedad vírica que se caracteriza por fiebre, inflamación en garganta y ganglios, así como aumento del tamaño del bazo, órgano localizado en la parte superior de la cavidad abdominal) o golpes en la cabeza, aún no es posible determinar qué da origen a la narcolepsia.
En fechas recientes se ha estimado que este padecimiento podría tener origen genético, pues investigaciones llevadas a cabo en Estados Unidos han permitido observar la relación que guardan la atrofia de un gen y la presencia de cataplejía y procesos narcolépticos en perros, que si bien no es una especie animal del todo exacto a los seres humanos, es muy similar en elevado porcentaje.
Sin embargo, y a pesar de los avances en el conocimiento de los cuadros clínicos involucrados en la narcolepsia, no se ha logrado una comprensión completa del problema. Tanto experiencias alucinatorias y parálisis del sueño pueden disminuir en frecuencia con el paso de los años, pero la somnolencia excesiva durante el día puede durar toda la vida mostrando leve mejoría o empeorar con el tiempo.
Diagnóstico y tratamiento El mejor diagnóstico se realiza en una clínica de trastorno del sueño, donde es posible realizar un estudio polisomnográfico, que consiste en registrar, durante varias siestas, cuál es el tiempo en que el paciente tarda en dormirse (si el promedio es de cinco minutos o menos se confirma que existe un trastorno). Asimismo, se observará si aparecen períodos de sueño profundo cuando debería existir uno de tipo ligero, y la duración del mismo.
Los tratamientos básicos para combatir la narcolepsia se basan en anfetaminas o fármacos similares; sin embargo, dichas sustancias pueden causar hipertensión, alterar el ritmo cardiaco y provocar ansiedad, además de originar cierta dependencia. Por ello, en la actualidad se estudian otros sustancias más seguras que no provocan dependencia, aunque no pueden utilizarse a la vez que se consumen anticonceptivos orales, por lo que la prescripción en mujeres debe ser prudente.
Además, es aconsejable que las personas que sufren narcolepsia adopten algunas costumbres, como tomar descansos de 15 minutos durante el día de acuerdo a sus actividades (por ejemplo, antes de reuniones que puedan ser prolongadas) o evitar que sus comidas sean abundantes; asimismo, debe procurarse que estos descansos diurnos no inhiban ni descompensen la conciliación del ciclo del sueño durante la noche.
Ante todo, es imprescindible la ayuda de un especialista en trastorno del sueño para que el paciente se adapte a sus nuevos hábitos y a su medicación, de modo que mejore su calidad de vida y no viva inmerso en angustia, depresión e incertidumbre. fuente sañud y medicinas | |
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