El dolor crónico altera el funcionamiento del cerebro Un grupo de investigadores de Estados Unidos reveló que una serie de controles cerebrales realizados a personas con dolor crónico mostraron un estado de constante actividad en zonas que debían estar en reposo. El hallazgo podría ayudar a explicar por qué esos pacientes presentan mayores tasas de depresión, ansiedad y otros desórdenes.
Los expertos señalaron que el dolor crónico parece alterar el modo en que las personas procesan información que no está vinculada con ese padecimiento. "Al parecer, el dolor prolongado por mucho tiempo afecta la función del cerebro de responder incluso a tareas que demandan una atención mínima y que no tienen ninguna relación con el dolor", indicaron los autores en
Journal of Neuroscience.
Estudios recientes demostraron que en las personas saludables ciertas regiones del cerebro toman el mando mientras se permanece en estado de reposo, algo conocido como "red en modo automático". Esa red "se hace cargo de nuestro cerebro cuando está en reposo", explicó Chialvo. Cuando una persona realiza una tarea, la red se desactiva, señaló el autor; pero no lo hace en las personas con dolor crónico.
En cambio, una región frontal de la corteza cerebral fundamentalmente asociada con la emoción está constantemente activa, perjudicando el equilibrio normal. Para estudiar esta actividad, Chialvo efectuó un control cerebral por imágenes de resonancia magnética en 15 pacientes con dolor de espalda crónico y en 15 personas saludables. Los investigadores le pidieron a los participantes que efectuaran una tarea sencilla.
Enseguida, el equipo observó patrones específicos en los pacientes con dolor crónico. "Lo que nos sorprendió es la diferencia en cuánto de su cerebro usaban para realizar la tarea comparados con las personas del grupo saludable", dijo Chialvo. Los autores indicaron que los defectos en la red automática podrían explicar por qué las personas con dolor crónico tienen problemas de atención, de sueño e incluso depresión.
"Estos resultados sugieren que el cerebro de un paciente con dolor crónico no es simplemente un cerebro saludable que procesa información vinculada con el dolor, sino que está alterado por el persistente dolor de una manera similar a la que generan otras condiciones neurológicas relacionadas con problemas cognitivos", concluyó el equipo.