como superar las adversidades

Hay personas que parecen poseer un don especial para afrontar los problemas. Pase lo que pase en sus vidas, siempre recuperan la sonrisa. Esta capacidad del ser humano para afrontar y resistir en las situaciones más adversas e incluso transformar las experiencias traumáticas en aprendizaje y crecimiento personal es la resiliencia o resistencia.

Todos estamos expuestos en algún momento de nuestras vidas a ciertos acontecimientos como un divorcio, una enfermedad, una pérdida importante... (por no hablar de aquellas personas que pasan por experiencias especialmente adversas como vivir en la pobreza, guerras, abuso sexual y un largo etcétera) que nos van a poner a prueba nuestros recursos y habilidades para afrontar la adversidad. No obstante, unas personas logran superar y crecer positivamente ante la adversidad y otras no. ¿Qué características de personalidad resiliente son las que nos protegen de estas adversidades? Según Kobasa, las personas resistentes tienen:

Un gran sentido del compromiso, es decir, son personas que se implican en conseguir sus propias metas y objetivos para los cuales se consideran capaces. En otras palabras, no son meros espectadores de su vida, sino que toman las riendas de su propia vida. También son personas que se comprometen o se implican en ayudar a los demás, por lo que tienen una amplia red social que les facilita llevar de forma más soportable las experiencias críticas.
Una fuerte sensación de control sobre los acontecimientos, por lo que piensan y actúan con la convicción de que son ellos, y no la casualidad o los demás, quienes deciden el curso de los acontecimientos. Ante el fracaso no se detienen en buscar culpables ni lamentarse de su tragedia, sino que asumen su propia responsabilidad, al sentirse capaces de cambiar el curso de los acontecimientos en la direcciónn de sus propias metas y valores.
Reto o desafío, pues asumen y aceptan los cambios como algo normal en sus vidas. Las personas que ven la vida como un reto, ven en la existencia humana y sus contratiempos inesperados una constante oportunidad de crecimiento y mejoramiento humano más que como un peligro o amenaza.
Todos tenemos la semilla de la resiliencia, la capacidad de afrontarnos con una actitud positiva ante las experiencias negativas. Cómo usemos esta capacidad depende de nosotros.