Marifé FUNDADORA DE FIBROAMIGOSUNIDOS.COM -WEBMASTER-GRUPO DE APOYO-REIVINDICACIONES-ACTIVISTA
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| Tema: costos vitales de vivir bajo una permanente amenaza, de vivir siendo ignorada la condición de persona Vie Oct 03, 2008 9:18 pm | |
| costos vitales de vivir bajo una permanente amenaza, de vivir siendo ignorada la condición de persona
• En cualquier persona que enfrenta una abrumadora amenaza, la tensión es una reacción normal para la defensa. ¿Cuál será el costo de resistir, de estar en permanente tensión para sobrevivir?
• La exposición a un estresante extremo experimentado directa o indirectamente exige a las personas utilizar una gran cuota de energía que les desgasta, las hace sentirse impotentes, paralizadas, tristes y sobre todo desamparadas.
Estas reacciones no son una enfermedad mental, más bien evidencia las consecuencias normales de vivir una situación anormal
La experiencia de :
-Vivir en una sociedad que no enfrenta las inequidades y desigualdades,
-La falta de respuestas sociales para detener la violencia intrafamiliar,
-El poco o nulo acceso a recursos propios,
-La experiencia no predecible, intermitente y repetitiva de la violencia intrafamiliar
...son devastadoras para las personas maltratadas.
El maltrato exige a las personas afectadas por el, utilizar una gran cantidad de energía personal que les permita enfrentar:
-El estado continuo de miedo al que las/os expone el agresor,
-La frustración e impotencia ante la falta de apoyo
-La alerta y vigilancia constante frente a un peligro inminente tanto para ellas como para sus hijos/as en el caso de las mujeres o sus madres, hermanas/os en el caso de las/os niñas/os.
El abuso repetido tiene un enorme costo vital y atenta contra el derecho a vivir con bienestar, a tener una buena calidad de vida. Estos costos vitales se manifiestan en 3 áreas:
- Comportamiento
- Afecto
- Pensamiento
Estos costos vitales se ven expresados en...
- Estados constantes de miedo y ansiedad
- Tristezas profundas
- Fuertes sentimientos de culpa “por no hacer lo suficiente”
- Percepción de un cuerpo ajeno, objeto para otros
- Desconfianza para expresar el afecto;
Problemas de memoria y concentración (ante tantos obstáculos que enfrentar al mismo tiempo, tantas personas en quien pensar que hay que proteger y mantener, quién no tendría problemas de memoria)
- Distorsiones del pensamiento producto de:
- Las explicaciones, y respuestas contradictorias, culpógenas y ambiguas que otro/as dan al problema que viven las personas maltratadas.
- La falta de respuestas de apoyo que les confirme lo que sienten y creen: “Que nadie merece ser maltratado, que tenemos derecho a la felicidad y la paz”.
Este tipo de respuesta o falta de respuestas se traducen en confusiones, ambivalencias, desconfianza en sus capacidades para tomar decisiones y sensación de que lo que pienso está mal: “estaré loca”, “estaré pidiendo mucho”.
Una desesperanza que las personas maltratadas se niegan a aprender...a pesar del dolor (Quirós, E., 1997).
La posibilidad de reaccionar ante una situación nos da la seguridad de que somos capaces de encontrar diferentes salidas. Si las soluciones encontradas no funcionan buscamos las razones por las cuales no resultaron y tratamos de corregir la estrategia, si no encontramos explicaciones asumimos que la situación era inevitable y que no pudimos controlarla. Es así como poco a poco vamos reconociendo situaciones que podemos controlar, así como situaciones que no podemos controlar.
La Dra. Lenore Walker (1991) en su publicación The Battered Woman comenta que experimentos de laboratorio con diferentes animales han demostrado que cuando estas criaturas experimentan en forma reiterativa situaciones que no pueden controlar, la motivación para seguir intentando encontrar soluciones se verá seriamente dañada. Incluso, aunque tenga la capacidad de actuar, no confiará en que la situación puede estar bajo su control, no creerá que las cosas puedan cambiar. Lo más serio, es que irá poco a poco no sólo perdiendo su capacidad de respuesta, sino su capacidad hasta de aprender nuevas formas de controlar las situación.
El investigador Martín Seligman tenía la hipótesis de que los organismos sometidos a continuas vivencias que no podían controlar podían aprender que su comportamiento voluntario no tenía efecto para controlar lo que pasaba. Si un estímulo aversivo se presentaba muchas veces, la motivación para responder sería disminuida. (Citado por Walker, L., 1991).
La Dra. Walker comenta que para comprobar esta hipótesis, Seligman y sus investigadores colocaron perros en una jaula y les administraron choques eléctricos al azar y a diferentes intervalos. Al inicio de la experiencia los perros trataron de escapar, pero cuando reconocieron que nada de lo que hacían detenía los choques, dejaron de hacer intentos para salir y su conducta de resistencia, subversión y osadía cesaron para dar paso a la sumisión y pasividad. En síntesis, el investigador comprobó rápidamente que los perros aprendieron que sin importar la respuesta que ellos tuvieran, no podían controlar el choque.
El resultado más serio de esta investigación se observó cuando se dieron cuenta que aún y cuando eliminaron los estímulos aversivos e incluso abrieron la jaula, los perros no respondieron. Incluso se le tuvo que enseñar otra vez como salir arrastrándolos a la fuerza. Es a este proceso de pérdida de capacidad para rebelarse y controlar las situaciones que se le llamó invalidez aprendida, también conocida como impotencia aprendida o desesperanza aprendida.
Otro importante resultado de este estudio fue comprobar que entre más temprano en sus vidas los perros vivían este tipo de experiencia, más difícil era vencer los efectos de esta llamada invalidez o desesperanza aprendida. Sin embargo, también verificaron que una vez que los perros aprendían de nuevo que podían tener control sobre la situación, su invalidez o desesperanza desaparecía.
La fractura que se da en la capacidad de juicio o en la forma en que se representan las cosas es tan seria, que la expectativa o creencia puede o no ser exacta y la persona sigue creyendo que no tiene control sobre la situación. La situación real, las posibilidades reales que se tengan para resolver un hecho no importan ya que el mayor peso lo tendrá la creencia, la expectativa.
Cuando se escuchan las historias de vida de las mujeres agredidas se descubren importantes fortalezas y capacidades para resolver los problemas en la vida cotidiana, lo que sorprende es ver como desde su percepción sienten que no son capaces, y se les dificulta identificar sus fortalezas. Con frecuencia se miran más desvalidas de lo que son.
Este complejo proceso de desesperanza que se suma al poco apoyo social que tienen las mujeres agredidas debilita la capacidad para encontrar soluciones a los problemas de violencia.
Las diferentes formas de abuso (maltrato desde la infancia, aprendizaje identitario de ser sólo para otros, oídos sordos a sus solicitudes de ayuda, maltrato de la pareja, etc.) pueden obstaculizar la habilidad para aprender posibles alternativas de cambio, lo que reduce el número de respuestas que se puedan escoger, por esta razón algunas mujeres no sólo no perciben la soluciones, además percibirán con pesimismo e impotencia la posibilidad de aprender nuevas alternativas de vida. | |
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