Anablue MODERADORA GLOBAL
Cantidad de envíos : 11604 Edad : 56 Localización : ahora en cualquier circo que no tenga crisis Empleo /Ocios : me dedico a no olvidarme de respirar que si no me ahogo jejeje Fecha de inscripción : 12/03/2008
| Tema: LA ENFERMEDAD COMO CAUSA DE SUSPENSION DEL CONTRATO DE TRABAJO -2PARTE- Dom Mar 30, 2008 1:01 am | |
| Una reciente Sentencia de la Sala de Castilla/León[20], dice que cuando se trata simplemente de que el beneficiario de la prestación ha llevado a cabo actos incompatibles con la situación de baja médica, como sucede con la realización de trabajo que no revela la recuperación del normal estado de capacidad laboral pero sí compromete la evolución favorable del proceso curativo, la única medida coherente que cabe adoptar para reprimirla es la suspensión del subsidio. La LGSS no determina empero durante cuánto tiempo se puede suspender la efectividad del derecho al cobro. El artº 132.1 citado debe, no obstante, ponerse en conexión y completarse con el Real Decreto Legislativo 5/2000, de 4 Agosto, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social, en cuyo artº 25.1 se califica como infracción grave efectuar trabajos por cuenta propia o ajena durante la percepción de prestaciones, cuando exista incompatibilidad legal o reglamentariamente establecida, sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado 2 del artículo siguiente; conducta que el artº 47.1,b) sanciona con pérdida de prestación o pensión durante un período de tres meses. Se sigue de aquí, pues, que el mero hecho de trabajar en situación de incapacidad temporal no admite mayor sanción que la suspensión del subsidio por plazo máximo de tres meses.
También podrá ser suspendido el derecho al subsidio cuando, sin causa razonable, el beneficiario rechace o abandone el tratamiento indicado.
Cabe la posibilidad de que el trabajador se encuentre en una situación de pluriactividad –que esté afiliado y en alta en dos Regímenes distintos--. El problema que en estos casos puede plantearse, ha sido resuelto por el Tribunal Supremo, en unificación de doctrina[21], que ha declarado que no puede aplicarse estrictamente el artº 132.1 b) de la LGSS, permitiéndose la compatibilidad del percibo del subsidio de incapacidad temporal, cuando las dolencias padecidas no le permitan la realización de su trabajo habitual por cuenta propia, y en cambio sí le posibilitan esas mismas dolencias la realización de la profesión en el Régimen General.
Manifiesta dicha Sentencia que, ante un supuesto de pluriactividad, derivada del ejercicio de dos actividades completamente diferentes –una de las cuales exige esfuerzo físico y otra es completamente sedentaria—, es lógicamente posible congruente con el propio precepto de incapacidad temporal, que unas dolencias incapaciten para el ejercicio del trabajo que se desarrolla en un Régimen, y que las mismas dolencias permitan la realización de la actividad profesional, objeto del otro. Bajo esta perspectiva, negar al doblemente afiliado el derecho a compatibilizar el percibo de la prestación de incapacidad temporal en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, con el trabajo por cuenta ajena, significaría situar a un trabajador, que ejerce una pluriactividad, por la que está en alta y cotiza, en estado de clara desprotección. Y, además, semejante conclusión sería contraria al espíritu y finalidad protectora de la Seguridad Social, y al “efecto útil” de las cotizaciones exigidas respecto de quienes figuran afiliados y en alta en los distintos Regímenes de la Seguridad Social.
La denegación del subsidio, es evidente que, además de por las causas anteriormente señaladas, se producirá cuando, previa su solicitud, el trabajador no reúna las condiciones exigidas para su obtención.
En cuanto a la anulación del derecho reconocido, lo es de conformidad con lo establecido en el artº 18 de la Ley 8/1988, de 7 Abril, sobre infracciones y sanciones de orden social que, con carácter general establece que, son infracciones muy graves las actuaciones dirigidas a obtener, fraudulentamente, prestaciones o pensiones indebidas o superiores a las que en cada caso les correspondan, o a prolongar el disfrute de éstas indebidamente, mediante la aportación de datos o documentos falsos en las solicitudes o la omisión de declaraciones reglamentarias obligatorias u otros incumplimientos que ocasiones percepciones fraudulentas con cargo a la Seguridad Social.
La suspensión de la percepción del subsidio, además de poder acordarse de forma cautelar por la entidad gestora[22], hasta que la resolución administrativa sea definitiva, cuando la transgresión de las obligaciones afecten al cumplimiento y conservación de los requisitos que dan derecho a la prestación, se producirá cuando se rechace o abandone el tratamiento médico prescrito sin causa razonable que lo justifique.
Con reiteración se ha dicho[23] que cuando el beneficiario de la Seguridad Social se limita a acudir a las vías de hechos, abandonando el tratamiento prescrito sin solicitar previamente autorización del deudor de la prestación, no puede requerirse la tramitación de procedimiento alguno por parte de la entidad gestora o colaboradora para la suspensión de la prestación.
El reconocimiento de la situación de incapacidad temporal, cumpliendo los requisitos necesarios para el nacimiento del derecho, corresponde, en contingencias comunes (enfermedad común y accidente no laboral) al Instituto Nacional de la Seguridad Social de conformidad con lo dispuesto en el artº57.1, a) de la LGSS, o a las Mutuas de Accidentes de Trabajo o Enfermedades Profesionales, tanto en el caso de que la incapacidad temporal derive de contingencias profesionales como comunes siempre que los riesgos hayan sido asegurados en una Mutua por el empresario.
Con carácter general el pago de la prestación por incapacidad temporal corre a cargo del INSS, Mutua de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales o empresa autorizada para colaborar en la gestión a partir del decimosexto día de la baja. La Sentencia del Tribunal Supremo de 23 Diciembre 1997, dice que, en caso de abono de la prestación por la correspondiente Mutua de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales o empresa colaboradora la obligación de pago subsiste aunque durante la baja se extinga la relación laboral.
Una vez producida la baja, y sin necesidad de previa solicitud del beneficiario, procede el pago de la prestación. La Sentencia del Tribunal Supremo de 21 Enero 1994, señala que, para que se produzca el abono de la prestación no es necesaria la solicitud del trabajador, bastando la tramitación del parte de baja para que automáticamente deba realizarse el abono de la prestación económica por parte del empresario.
En caso de extinción de la relación laboral durante la situación de incapacidad temporal, se sigue percibiendo la prestación hasta que se extinga dicha situación, pasando entonces a la situación legal de desempleo, abonándose la prestación directamente por el INSS.
En todos estos casos cuando la empresa colabora voluntariamente en la gestión y asume el pago de la prestación de la incapacidad temporal, dicha empresa debe mantener el pago de la prestación a su cargo aun cuando haya comunicado la baja del trabajador a la Seguridad Social por extinción de la relación laboral, de forma equivalente a los supuestos en que el aseguramiento corre a cargo de INSS o Mutua.
El control de la incapacidad temporal se realiza mediante la intervención de la Entidad Gestora de la asistencia sanitaria, el INSS o la Entidad Gestora correspondiente que tenga atribuida la competencia en esta materia en cada Comunidad Autónoma.
El control de la situación de incapacidad temporal se realiza a través de los denominados partes médicos, que son de baja, de confirmación y de alta.
El parte médico de baja, que expide el facultativo una vez practicado el reconocimiento del trabajador, se extiende por cuadruplicado, y en él habrá de constar necesariamente, según el artº1.2 del Real Decreto 575/1997, de 17 de Abril 1997, el diagnóstico y la descripción de las limitaciones en la capacidad funcional que motiva la situación de incapacidad temporal y la duración probable del proceso patológico.
El original parte medico de baja se destina a la Inspección de Servicios Sanitarios de la Seguridad Social y órgano equivalente del respectivo Servicio Público de Salud. Otras dos copias se entregan al trabajador, una para él y otra que deberá entregar en la empresa en el plazo de tres días a contar desde la fecha de expedición del parte de baja.
Los partes de confirmación de la baja o de continuación en la situación de incapacidad temporal, se expiden por el facultativo médico del INSS, Servicio Público de Salud de la Comunidad Autónoma o Mutua de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales, al cuarto día del inicio de la situación de baja, y sucesivamente, mientras la misma se mantenga, cada siete días contados a partir del primer parte de confirmación. Los partes de confirmación de baja en caso de incapacidad temporal derivada de incontingencias profesionales se expedirán a los siete días siguientes al inicio de la incapacidad, y, sucesivamente, cada siete días. El contenido de los partes de confirmación se ajustará a lo dispuesto respecto de los partes de baja.
Trimestralmente, a contar desde la fecha de inicio de la baja médica la inspección médica del Servicio Público de Salud expedirá un informe médico de control de la incapacidad que deberá pronunciarse expresamente sobre todos los extremos que justifiquen, desde el punto de vista médico, la necesidad de mantener el proceso de incapacidad del trabajador. Dicho informe será enviado a la Entidad Gestora o Mutua de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales de Seguridad Social, según corresponda.
La negativa infundada a someterse a los reconocimientos médicos dará lugar a la expedición de la propuesta de alta médica por la Entidad Gestora o Mutua, a través de las Unidades de Inspección Médica de los Servicios Públicos de Salud u órgano similar del correspondiente Servicio Público de Salud.
El parte de alta médica se extenderá tras el reconocimiento del trabajador por el correspondiente facultativo, y deberá contener el resultado de dicho reconocimiento y la causa de alta médica, que deberá ser remitido a la Entidad Gestora o Mutua, según corresponda, en la misma forma que los partes de baja, y con el se pone fin a la situación de incapacidad temporal.
Para algunos autores[24], es el en el alta médica donde se van a producir principales problemas respecto de la prestación de incapacidad temporal, pues el artº 131 bis de la LGSS, establece en el segundo párrafo la posibilidad de que los médicos adscritos al INSS puedan expedir el alta médica, a los solos efectos de las prestaciones económicas de incapacidad temporal. Esta posibilidad se desarrolla en el Real Decreto 575/1997, cuyo artº 1.4 establece la posibilidad de reconocimiento por los facultativos del INSS, tras lo cual puede dictarse el alta, para lo cual deberá comunicar su intención a la Inspección Médica de la Entidad Gestora de la asistencia sanitaria, que dispone de tres días para manifestar su disconformidad. De recibirse en el plazo mencionado el informe en contra de la Inspección Médica, podrá expedirse el parte de alta.
El alta expedida por el facultativo adscrito al INSS, a los exclusivos efectos económicos, determinará la extinción de la prestación económica por incapacidad temporal, desde el día de efectos de alta médica, y el consiguiente derecho y obligación del trabajador de incorporarse a la empresa. | |
|