La estimulación medular, eficaz en el manejo del dolor tras el fracaso de los opioides.

La estimulación medular, eficaz en el manejo del dolor tras el fracaso de los opioides.

Aunque su máxima es no intervenir en el curso de la enfermedad, las unidades de cuidados paliativos son cada vez más necesarias como consecuencia del importante incremento que está sufriendo la demanda de estos servicios. "Debemos dar a conocer la realidad asistencial de los cuidados paliativos en España y su importante incremento en los últimos años", explica Francisco Vara, jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Universitario de Salamanca y presidente del 7º Congreso de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos.

Por ello, junto a la necesidad de homogeneizar estas prestaciones en todas las autonomías a través de la Estrategia en Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud, los especialistas continúan avanzando en el manejo de los pacientes que se encuentran en una fase terminal de su enfermedad.

Aunque se sitúa en el último peldaño de la escalera analgésica propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la neuroestimulación medular ha demostrado ser una técnica eficaz en el manejo de los enfermos con dolor crónico en los que ha fracasado en el tratamiento con antidepresivos, anticonvulsivantes y opioides. "La estimulación medular consiste en la aplicación de un campo eléctrico en los cordones posteriores de la médula con la finalidad de bloquear la transmisión nerviosa", explica Jerónimo Herrera, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital Valme de Sevilla. Según este especialista, la ventaja de esta técnica es la reversibilidad ya que la implantación se realiza en dos fases.

"Hay una primera fase de prueba con una duración de dos a cuatro semanas en la cual al paciente se le está estimulando durante 24 horas. Si hay una reducción de dolor de un 50 por ciento consideramos que la terapia es eficaz y pasamos a la fase de implantación definitiva", señala.

Según Vara "para realizar esta intervención necesitamos criterios de incursión muy rígidos como, por ejemplo, la supervivencia estimada del paciente". Si el paciente cumple los requisitos necesarios se le coloca un pequeño generador en el espacio subclavicular o abdominal.

Aproximadamente el 85 por ciento de los pacientes a los que se les administra opioides para controlar el dolor, sufre estreñimiento, un trastorno que influye en la calidad de vida del enfermo. Sin embargo, estos pacientes cuentan con una nueva opción terapéutica. "La metilnaltrexona es un antagonista opioide periférico capaz de inhibir la función que los opioides hacen en el intestino, respetando la función analgésica que tienen sobre el sistema nervioso central", explica Jaime Sanz, jefe del Servicio de Oncología Médica y Cuidados Paliativos del Hospital Marqués de Valdecilla de Santander. Según este especialista este fármaco tiene un funcionamiento fisiológico y hace efecto a la media hora de su administración.

Aunque por el momento sólo está aprobado por la Agencia Estadounidense del Medicamento (FDA), está a la espera de la aprobación de su homólogo europeo (EMEA) y puede administrarse en España mediante uso compasivo de medicamentos.