«Queremos un control médico exhaustivo», exigen los intoxica

«Queremos un control médico exhaustivo», exigen los intoxicados por mercurio en AZSA

Los empleados de IMSA con hidrargirismo temen que la acumulación del metal pesado en sus órganos entrañe secuelas futuras impredecibles

Francisco L. JIMÉNEZ

«Estamos centrados en lograr una pronta curación, pero también nos preocupan, y mucho, las consecuencias futuras que pueda tener para nuestra salud la acumulación de mercurio que ahora mismo tenemos en la sangre. Por eso exigimos a quien corresponda que seamos objeto de controles y analíticas periódicas para prevenir posibles secuelas de esta intoxicación». Con estas palabras, pronunciadas ayer en Avilés poco antes de comenzar una reunión con responsables de prevención laboral del sindicato la UGT, uno de los 35 trabajadores de IMSA aquejado de hidrargirismo (trastornos asociados a la presencia de dosis anormalmente grandes de mercurio en el organismo) expresaba su punto de vista personal, pero también el sentir general del colectivo, como luego quedó de manifiesto en el encuentro que tuvieron los trabajadores con los representantes sindicales.


Varios de los afectados por la intoxicación, de espaldas,
antes de reunirse con los responsables de UGT, de pie
al fondo. ricardo solís

A la preocupación por la evolución de los cuadros clínicos que presentan los contaminados por mercurio en la fábrica de Asturiana de Zinc (AZSA) -diferentes en función de cada paciente, según los testimonios recogidos entre los afectados- se añade ahora el temor a posibles complicaciones futuras. Esto es consecuencia de las explicaciones médicas que paulatinamente van recibiendo los trabajados afectados por el mercurio, un metal pesado que, según los expertos en salud, si penetra en el organismo en altas concentraciones puede quedar fijado en órganos como los riñones.

«La posibilidad de que la intoxicación que padecieron estos trabajadores degenere en una enfermedad profesional no es descartable, por lo que desde la UGT también suscribimos la reivindicación de que los afectados sean objeto de pruebas periódicas futuros para controlar su evolución clínica», apostilló la secretaria de salud laboral de la federación regional de MCA-UGT, Mónica Fernández Villar. Esta responsable ugetista fue una de las personas que ayer se interesó por el estado de los intoxicados por mercurio, a los que explicó aspectos básicos de la exposición a este y otros metales pesados así como los recursos que el sindicato pone a su disposición para la defensa de sus derechos.

La veintena de trabajadores de IMSA que acudió a la reunión comentaron antes del acto que aún no tienen datos fiables sobre el ritmo al que van eliminando, por la orina fundamentalmente, el mercurio presente en su cuerpo. Esto es debido a que los análisis son complejos y deben esperar varios días por los resultados. Algunos de los trabajadores, siempre desde el anonimato, refieren dolencias en las articulaciones, molestias en la zona renal; otros, sin embargo, aseguran tener una percepción general de bienestar pese a que sus índices de mercurio en sangre están muy por encima de los 15 microgramos por litro de sangre que los protocolos sanitarios fijan como «permisibles». A partir de un índice de 50 microgramos se considera que empiezan los problemas de salud; varios de los trabajadores de IMSA llegaron a tener tasas de hasta 700 microgramos.

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