- Análisis de los “tender points”
Lo primero que llama la atención de la clínica fibromiálgica es la propia distribución de los puntos de dolor.
Cabe preguntarse, por tanto, ¿por qué esos puntos y no otros? ¿qué tienen en común esas localizaciones? Los abordajes tradicionales de la fibromialgia no han podido dar respuesta a esta pregunta y esto se debe a que se ha considerado el músculo como “órgano diana” de la enfermedad, pero sin tener en cuenta el papel de la fascia asociada al músculo.
Si consideramos que la medicina tradicional atribuye únicamente al músculo la función contráctil, la observación de la clínica fibromiálgica; disminución de la fuerza y la resistencia, trastornos en la relajación muscular... conduce necesariamente a una disfunción muscular. No obstante, esto plantea un problema a la medicina, puesto que no hay hallazgos específicos en el músculo que justifiquen su disfunción. De hecho, las biopsias musculares no revelan alteraciones distintas de las que se pueden encontrar en otras personas sedentarias y con falta de entrenamiento muscular y sin embargo estas personas no manifiestan el resto de clínica fibromiálgica.
La aplicación del modelo fascial a la fibromialgia, permite justificar el porqué de esta distribución tan característica
Según Barnes (26), cuando un segmento corporal deja de recibir un estímulo adecuado (bien por alteraciones posturales, hábitos personales, secuelas postraumáticas...) se constituyen patrones de atrapamiento fascial.
Este atrapamiento no es más que una disfunción miofascial en los términos anteriormente expresados, puesto que Barnes lo describe como un proceso patológico en el que se produce una deficiente circulación que limita el suministro de nutrientes hacia la sustancia fundamental del tejido conectivo, con su consiguiente desidificación.
Como consecuencia, se produce una alteración en la
cantidad de movimiento , puesto que el tejido denso es hipomóvil según hemos visto.
Barnes demuestra que estos patrones de atrapamiento pueden ser de dos tipos:
• Atrapamientos superficiales:
Los atrapamientos se encuentran, por lo general, cerca de las superficies óseas, en inserciones musculares en los huesos y se forman durante el proceso de transmisión de impulsos mecánicos compensadores.
• Atrapamientos profundos:
Estos implican entrecruzamientos fasciales de grandes masas musculares.
Schultz y Feitis (27), demostraron en 1996 que estas zonas de atrapamiento miofascial son muy sensibles y dolorosas a todo tipo de estímulo. En consecuencia, el segmento en cuestión queda hipomóvil favoreciendo la acumulación de grasa sobre la zona afectada alterando las propiedades del tejido conectivo y perpetuando así la disfunción si no se actúa sobre ella.
Los dos lugares más representativos en los que se puede observar que esta acumulación de grasa es real son la base del cráneo (que coincide con el punto suboccipital recomendado por la ACR en el diagnóstico de la fibromialgia) y también sobre la base de la columna lumbar, justo por encima de la línea superior de los glúteos (coincidiendo con otro de los tender points decritos por la ACR).
Pocos años más tarde, Schleip (2002), desarrolló, basándose en la teoría de los atrapamientos miofasciales, un mapa de puntos de hipersensibilidad con resultados sorprendentes. Schleip determinó aquellos puntos en los que es más frecuente el atrapamiento de planos fasciales a los cuales llamó “puntos de hipersensiblidad” y una simple comparación de su mapa respecto al recomendado para la exploración de la FBM por la ACR permite comprobar que el 100% de los “tender points” son también “puntos de hipersensibilidad”.
Fig 8 Por tanto, se puede concluir que los “tender points” característicos de la clínica fibromialgica no son sino zonas de atrapamiento fascial. Estos lugares coinciden, por lo general, con protuberancias óseas, lo que nos lleva a la conclusión de que se trata de atrapamientos superficiales.