Nunca he tenido un orgasmo! ¿La culpa es mía o de mis parejas?

Nunca he tenido un orgasmo! ¿La culpa es mía o de mis parejas?

Siempre pasa lo mismo y ya estás harta. Inicias las relaciones sexuales muy excitada, con entusiasmo... y terminas frustrada, soliviantada y cargada de rencor, mientras tu pareja queda relajado y satisfecho. Él llega siempre al orgasmo pero tú no.
]En esta situación es fácil buscar responsabilidades. ¿De quién es la culpa: de él o tuya? Estás hecha un lío y no sabes qué responder.
De hecho, ya has manejado varias posibilidades (tanto suyas como tuyas) y no sabes a qué atenerte. Vamos a repasar los tópicos que habitualmente relacionamos con este problema para conocerlo mejor.

Causas atribuidas a ellos
Es un desconsiderado. El chico va a lo suyo. Una caricia breve por aquí, otra por allá, penetra, eyacula y hasta mañana. Aún quedan hombres así y, desde luego, aportan muy poco al placer sexual femenino en la relación. Es obvio que en tales circunstancias ni en la mejor de las disposiciones llegarías al orgasmo. Hay poco que hacer en estos casos si después de hablarlo, ellos no cambian de actitud. Entonces tendrás que plantearte hasta qué punto te vale la pena continuar así.
No maneja bien los preliminares. Suelen aconsejarse unos preliminares largos y de calidad para “preparar” a la mujer y dejarla al borde del orgasmo antes de iniciar el coito. Se da por supuesto que muchas mujeres anorgásmicas en la cópula han disfrutado de unos pobres preliminares y por eso no disfrutan lo que debieran. Sin embargo, la investigación que existe al respecto muestra que no existen diferencias en el tiempo, la calidad y el grado de satisfacción femenina con los preliminares en dos muestras de mujeres (una, de anorgásmicas en el coito y otra, que sí llega al orgasmo). Eso permite dudar de la idea aparentemente “lógica” de que unos malos preliminares se encuentran en el origen de todo. Los preliminares permiten disfrutar del sexo..., pero no garantizan el orgasmo.
“Dura” poco. También es “lógico” pensar que si el chico llega al orgasmo inmediatamente después de iniciar el coito a la chica no le da tiempo a llegar. Si se demorase más, las cosas irían mejor. Sin embargo, los estudios demuestran (en consonancia con la experiencia personal de muchas mujeres) que cuando ellos se demoran mucho tampoco se garantiza el orgasmo femenino sino, más bien, una irritación vaginal secundaria a la excesiva fricción. Y esto no tiene nada que ver con la idea tradicional de que a las mujeres les “cuesta más” llegar. Las cosas no van por ahí.
No sabe moverse. Este tópico es cierto, porque según sean los movimientos del hombre en el coito, el clítoris queda mejor estimulado o no, facilitando el orgasmo femenino. Y se sabe que el tipo de penetración (profunda) que generalmente gusta a los hombres (en la postura del misionero, que es la más común) les facilita a ellos su orgasmo, pero impide que su pubis roce convenientemente el clítoris para que la chica llegue al suyo. Para que el clítoris reciba el estímulo que necesita, la penetración debe ser menos profunda (el glande y sólo un poco más del resto del pene), y el cuerpo del chico debe estar ligeramente más deslizado hacia la cabeza de la chica de lo que suele colocarse. Sólo así podrá apoyar la parte de su cuerpo situada entre la base del pene y su pubis sobre el clítoris (como si pivotara sobre él) para que reciba el estímulo necesario para disparar el orgasmo femenino.
Lo ideal es compatibilizar ambos tipos de penetración porque aporta placeres diferenciados a ambos sexos. Pero cuando la pareja se dispone a llegar al orgasmo, lo mejor es realizar esa penetración superficial hasta que llegue el final de ella. Luego, el chico puede volver a penetrar profundamente para terminar él.

Causas atribuidas a ellas
Está inhibida. Si la chica tiene miedo, tiene reticencias a las relaciones sexuales, o está pensando en otras cosas, ni el más experto conseguirá que su cuerpo se despierte y alcance el orgasmo. Por eso es tan importante que la actitud mental de la mujer hacia el sexo sea lo más abierta posible. Debe darse permiso para sentir el placer. Ese tipo de actitud negativa sí que puede entorpecer el disfrute femenino en las relaciones sexuales.
Se masturba mucho. Es un temor muy antiguo que aún conserva cierta prevalencia en algunas mentes femeninas. Hay mujeres que achacan su anorgasmia en el coito a la circunstancia de masturbarse (mucho, dicen, aunque nadie haya definido lo que eso significa) por estimulación del clítoris. Como si eso impidiera adaptarse al nuevo tipo de estimulación que supone la penetración vaginal. Si ese es tu caso, no te preocupes. La masturbación carece de los males que se le atribuyen, incluido ése. Si fuera cierto... ¿por qué tu amiga, que se masturba tanto o más que tú, sí llega al orgasmo en el coito? ¿por qué no existen referencias a ello en ninguno de los manuales que estudian los médicos en su carrera? No llegarás al orgasmo por otras cosas.
No se masturba nada. Esta sí que es una causa cierta de anorgasmia en el coito en el caso de unas pocas mujeres. Se sabe que casi todas (95%) las mujeres que dicen no masturbarse no llegan al orgasmo en el coito. Pero, repito, afecta a un número muy pequeño de mujeres (sólo un 7% de las mujeres no se masturban). El resto de las mujeres, se masturban y llegan al orgasmo en el coito con más o menos dificultades..., pero llegan.
Es lógico. Si una mujer no se masturba, no entrena el cuerpo en la identificación de las sensaciones que llevan al orgasmo y éste no se da. No permite el desarrollo pleno de las vías nerviosas que transmiten los estímulos. Y si ellas no lo consiguen, poco podrán percibir y hacer los demás que están “trabajando” sobre otro cuerpo que no es el suyo. Aquí sucede como si taparas un ojo a un niño durante años. Terminará por perder la visión en el mismo. Pero no te preocupes. Nunca es demasiado tarde para aprender a preparar tu cuerpo para tales fines, porque la naturaleza femenina es orgásmica. Sólo hay que tratarla con algún primor.

<table cellSpacing=0 cellPadding=12 border=0><tr><td class=g>La mujer debe saber cómo adelantar su pubis para conseguir el adecuado estímulo del clítoris, y llevar el ritmo adecuado</TD></TR></TABLE>

No sabe moverse. También es cierto que cuando una mujer no sabe cómo moverse durante la cópula aleja las probabilidades de llegar al orgasmo. De hecho, existen algunos pueblos (llamados) primitivos donde las mujeres adultas enseñan a las niñas cómo hay que batirse para disfrutar del coito desde edades muy tempranas. En los encuentros cara-a-cara la mujer debe saber cómo adelantar su pubis para conseguir el adecuado estímulo del clítoris, y llevar el ritmo adecuado. Sólo cuando compruebes que en una determinada posición de tu pubis el clítoris es tratado “como debe ser” habrás de insistir en ese movimiento. Pero no debes limitarte a recibir el estímulo que te proporcione tu hombre..., debes buscarlo tú misma. Habitualmente, el pubis del hombre y de la mujer no han de moverse acompasadamente, sino acometiéndose, entrechocando.

Hay que peleárselo
Así que las “culpas” están repartidas entre ambos sexos, o no las tienen ninguno de los dos. Aparte de eso, siempre debéis tener presente que el coito, la simple incursión del pene en la vagina, no es la mejor manera de que las mujeres lleguen al orgasmo. Y conviene recordar también que no es cierto que las mujeres sean más lentas en eso (masturbándose llegan al orgasmo ¡en 2-4 minutos!). El único problema es conseguir que el clítoris sea adecuadamente estimulado. Y eso no se obtiene pasivamente. Hay que peleárselo. En el coito, la postura más fácil para llegar al orgasmo es contigo tendida a lo largo sobre él, seguida por aquella en la que estás encima, sentada e inclinada, frotando tu clítoris sobre su pubis. En la del misionero tendrás que realizar los movimientos mencionados más arriba. Y, en cualquier caso y posición, recuerda que la opción más segura es que te masturbes mientras hacéis el amor. Nadie como tú sabe darte el punto que necesitas. Ninguna otra técnica te asegura el orgasmo con más de un 90% de probabilidades de éxito.