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 **DERMATOLOGIA**-Lesiones sobre la piel por radiaciones solares

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Anablue
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MensajeTema: **DERMATOLOGIA**-Lesiones sobre la piel por radiaciones solares   **DERMATOLOGIA**-Lesiones sobre la piel por radiaciones solares I_icon_minitimeLun Abr 28, 2008 10:35 am

¿Qué es?
El sol irradia energía de diferentes longitudes de onda, siendo las longitudes más perjudiciales para la piel, las incluidas en las bandas de longitud de onda A (UVA) y B (UVB). Afortunadamente, el ozono de las capas más altas de la atmósfera terrestre filtra las longitudes de onda solares más perjudiciales. Sin embargo, en las últimas décadas la cantidad de radiación ultravioleta (UV) que llega a la superficie de la Tierra es cada vez mayor, especialmente en las latitudes del norte, debido a que las distintas sustancias químicas (aerosoles) y los distintos humos emitidos a la atmósfera, están destruyendo la capa protectora de ozono, creando una atmósfera más delgada y que presenta algunos orificios por los que no se filtra las radiaciones solares perjudiciales.

Las características y la cantidad de radiación UV varían según la estación, el clima y la localización geográfica. Debido a la inclinación con que los rayos solares atraviesan la atmósfera a las distintas horas del día en las zonas templadas, la exposición al sol resulta menos perjudicial antes de las 11 de la mañana y después de las 4 de la tarde.

Por otra parte, en los últimos años se ha producido un espectacular incremento de la incidencia del cáncer de piel, y en especial del melanoma maligno, hecho que ha determinado un mayor interés por la protección frente a las radiaciones solares.
Cómo se produce
La piel protege al resto del cuerpo de los rayos solares. Posee unas células (melanocitos) productoras de un pigmento llamado melanina, que se incrementa tras la exposición cutánea al sol, y es la responsable de dar color a la piel. Esta sustancia tiene efecto protector de forma natural, dado que absorbe la energía de los rayos ultravioleta y evita que éstas penetren más profundamente en los tejidos.

Las personas con piel oscura tienen más melanina, por lo que son más resistentes a los efectos negativos del sol, como quemaduras, envejecimiento cutáneo prematuro y cáncer de piel. Los albinos no tienen melanina en su piel; en consecuencia, no se broncean y se queman gravemente incluso con una breve exposición al sol.

En la exposición aguda solar, la capa más superficial de la piel se torna roja y puede destruirse elementos que la conforman apareciendo ampollas y vesículas.

En una exposición crónica a las radiaciones solares se produce una alteración en el desarrollo normal de la dermis, con degeneración de las fibras de colágeno y cambios en los tejidos, que traen consigo una pérdida de elasticidad de la piel. La exposición a radiaciones UVA, de forma crónica, hace que la piel tome un aspecto arrugado y con profundos surcos, típico de trabajadores del campo y marinos.

La carcinogénesis (trasformación en cáncer cutáneo) de la piel se considera un efecto crónico, y se debe a que la luz ultravioleta específicamente absorbida por el DNA de las capas básales de la piel, produce alteraciones cromosómicas que puede hacer trasformar el tejido, de lesión crónica solar a cáncer cutáneo.
Sintomatología
En general, se han descritos distintas manifestaciones clínicas consecuencias de la exposición de la piel a las radiaciones solares. Estas son:

* Quemaduras solares: se producen por una sobreexposición a los rayos ultravioleta B (UVB) de la luz solar. Dependiendo del tipo de pigmento cutáneo (melanina) de la persona, del grosor de la capa córnea de la piel y del tiempo e intensidad de la exposición al sol, la piel tomara distintas manifestaciones clínicas. Primeramente se vuelve roja, inflamada y dolorida entre una hora y un día después de la exposición. Posteriormente, se pueden formar ampollas y vesículas, y la piel se descama. En los casos en los que la exposición y radiación ha sido intensa, a las alteraciones cutáneas se asocian síntomas generales como vómitos, cefaleas, debilidad, náuseas, escalofríos, fiebre e incluso colapso circulatorio (hipotensión arterial, desvanecimiento y profunda debilidad)
* Fotodermatosis de causa desconocida: Existen distintas formas clínicas, las cuales son: 1. Erupción polimorfa lumínica: Es la fotodermatosis más frecuente en el adulto, siendo menor en la infancia. Se caracteriza por la aparición de lesiones en forma de pápulas o placas enrojecidas con vesículas, localizadas principalmente en las zonas expuestas, que producen mucho picor. Si se suspende la exposición al sol, las lesiones remiten en 1-2 semanas, aunque a veces pueden aparecer brotes sucesivos. 2. Urticaria solar: Se manifiesta por lesiones habonosas o de eritema (enrojecimiento) asociadas a intenso prurito (picor), localizadas en zonas expuestas al sol y de aparición casi inmediata, desapareciendo rápidamente cuando cesa la exposición. 3. Prúrigo actínico: Se caracteriza por la aparición de brotes repetidos de lesiones cutáneas pruriginosas en forma de pápulas o placas con vesiculación, con carácter estacional y relacionadas con la exposición al sol. 4. Hydroa estival o vacciniforme: Es una fotodermatosis propia de la infancia que presenta dos variantes: una caracterizada por lesiones similares a las del prúrigo actínico (hydroa estival), y otra cuyas lesiones son fundamentalmente vesículas o ampollas. 5. Fotodermatosis primaveral juvenil: Su inicio es en los pabellones auriculares en forma de erupción papuloeritemetosa, que en 15 días se transforma en vesiculoampollosa y costras, y cura sin dejar cicatriz.
* Reacciones de fotosensibilidad: Se tratan de reacciones cutáneas inusuales, que ocurren en algunas personas, incluso con sólo unos minutos de exposición solar. Consisten en enrojecimiento, descamación, urticaria, ampollas y formación de placas engrosadas y descamativas en la piel. Estas reacciones son inducidas por sustancias químicas o fármacos, que contactan con la piel por vía tópica o por otras vías (oral, parenteral). La causa más frecuente es el uso de ciertos fármacos, como algunos antibióticos, diuréticos y agentes contra hongos. Las reacciones de fotosensibilidad también pueden deberse a jabones, perfumes, aguas de colonia, o por la brea de carbón utilizada para tratar la caspa y eccemas, o por sustancias que se encuentran en ciertas plantas como el césped y el perejil.
* Fotoenvejecimiento: La exposición prolongada y excesiva a la radiación ultravioleta acelera el proceso de fotoenvejecimiento que de forma normal tendría lugar en la piel. Dicho proceso se caracteriza por la presentación de arrugas, atrofia y sequedad cutánea, aparición de zonas pigmentadas de forma irregular, etc. La rapidez del proceso viene condicionada no sólo por la exposición directa al sol sino también por los tipos cutáneos solares y por la dosis acumulada de radiación UVA.
* Queratosis actínica o queratosis solar: es un tipo de lesión precancerosa de la piel, producida por la exposición crónica al sol. Aparece en áreas expuestas y consiste en una lesión de aspecto plano, escamoso, que luego se desarrolla hasta formar una superficie dura de apariencia verrugosa. Estas formaciones no curan y pueden adquirir un color entre gris o incluso más oscuro. Cuando no se tratan, del 10-20% de los casos se transforman en un carcinoma espinocelular.
* Tumores cutáneos: El principal factor de riesgo relacionado con la aparición del cáncer de piel son las radiaciones solares, sobre todo la ultravioleta B. Existen varios tipos de tumores cutáneos, entre los que destacan los carcinomas cutáneos y los melanomas. Los carcinomas cutáneos son los tumores cutáneos más frecuentes del ser humano. Aparecen sobre todo en las personas de piel blanca y ojos claros que se broncean con dificultad. Las lesiones se localizan en las zonas corporales expuestas al sol, como es el caso de la cara, cuello y las manos. Existen dos subtipos: Carcinoma basocelular (70-80% de los cánceres de piel) y el Carcinoma espinocelular (20%). Por otra parte, el melanoma, aunque menos frecuente, tiene especial importancia por su alta mortalidad, por lo que su diagnóstico precoz es fundamental para conseguir su curación. Su aparición se relaciona con la exposición puntual e intermitente al sol y se localiza preferentemente en zonas no expuestas al sol de forma habitual, como es el caso de la espalda y las piernas.

DiagnósticoAnte todo paciente que presente lesiones cutáneas sugerentes de ser secundarias a la exposición solar, hay que realizar una adecuada anamnesis. Se preguntará sobre hábitos de tomar el sol, cremas protectoras que usa, profesión, si toma algún tipo de fármaco o usa algún tipo de cosmético que pudiera desencadenar reacciones de fotosensibilidad, etc.

Posteriormente se realizará una completa exploración física, que incluya frecuencia cardiaca y tensión arterial, y se pondrá especial atención en la búsqueda de cualquier signo que sugiera la existencia de un probable shock secundario a la exposición aguda solar.

En general, no son necesarias otras pruebas diagnósticas. Cuando hay sospecha de tumor, o en algunas otras lesiones dérmicas, es importante hacer un análisis anatomopatológico del tejido extraído de la lesión, para orientar al médico en el diagnóstico.
Tratamiento
La clave del tratamiento es evitar la exposición al sol; en cualquier caso, las lesiones ya manifestadas son irreversibles.

El primer hormigueo o enrojecimiento indica que hay que abandonar rápidamente la exposición al sol. Las compresas mojadas con agua fría del grifo pueden aliviar las zonas enrojecidas. No se usarán lociones o ungüentos con anestésicos, o perfumes, que pueden irritar o sensibilizar la piel.

El tratamiento de la quemadura solar de grado moderado consiste en la aplicación de corticoides tópicos y antiinflamatorios no esteroideos por vía oral, dejando los corticosteroides por vía sistémica para el tratamiento de las quemaduras solares intensas.

La piel dañada por el sol representa una insuficiente barrera contra la infección, siendo en ocasiones necesario el uso de antibióticos por vía oral cuando esta se produce.

Para las lesiones crónicas, especialmente para las arrugas muy delgadas y la pigmentación irregular, se utilizan en algunos casos sustancias químicas que favorecen la descamación, como son los alfahidroxiácidos y la tretinoína.

La queratosis solar o actínica puede ser eliminada mediante congelación con nitrógeno líquido; sin embargo, si una persona presenta muchas lesiones, puede aplicarse un líquido o un ungüento con fluorouracilo, el cual en ocasiones provoca enrojecimiento, descamación y quemazón de las zonas tratadas y sus alrededores.

En aquellos casos de reacciones de fotosensibilidad, tras buscar el origen de la misma, se retirará la sustancia. Sin embargo, acertar la causa resulta a veces una tarea difícil. En ocasiones, el tratamiento prolongado con hidroxicloroquina puede evitar las reacciones de fotosensibilidad y con frecuencia los corticosteroides orales pueden acelerar la curación de tales reacciones.

Por último, en cuanto a los tumores cutáneos su curación consiste en la extirpación de la lesión, junto con bordes de piel libres de enfermedad.
Medidas preventivas

El mejor modo, y el más obvio de evitar el daño que puede causar el sol es permanecer alejado de su radiación intensa y directa. Las prendas de vestir y las gafas de cristal repelen prácticamente todos los rayos nocivos.

La protección frente a la radiación ultravioleta puede lograrse mediante el uso de cremas que absorban la luz ultravioleta. Antes de una exposición a la luz solar intensa y directa, una persona debería aplicarse un filtro solar o crema con sustancias químicas que protegen la piel al repeler los rayos UVA y UVB. Un tipo común y eficaz de filtro solar contiene ácido para-aminobenzoico (PABA). Otros tipos de filtros solares contienen una sustancia química llamada benzofenona. Muchos protectores solares contienen tanto PABA como benzofenona u otros productos químicos; estas combinaciones proporcionan protección frente a un amplio espectro de rayos UV

En general, los filtros solares se clasifican en grados según su número de factor de protección solar (FPS): cuanto mayor es el número de FPS, mayor es la protección. Los filtros solares con un factor de protección mayor o igual a 15 bloquean la mayor parte de la radiación UV, pero ningún filtro transparente impide el acceso a todos los rayos UV.
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