Anablue MODERADORA GLOBAL
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| Tema: *Fatigados, (Escepticemia)* Sáb Abr 26, 2008 1:48 pm | |
| El síndrome de fatiga crónica, es sin duda todo un signo de los nuevos tiempos.
La fatiga, tal y como ahora la entendemos, bien podría ser un invento de nuestra época. Este síntoma común, sólo superado en frecuencia por el dolor de cabeza, se ha convertido en el enemigo universal del bienestar y la productividad. Hasta hace un par de siglos, cuando el mundo empezó a parecerse a una descomunal maquinaria productiva, el trabajo y el descanso tenían sus horas, como las tienen la noche y el día. El cansancio no era algo negativo y repudiable, sino una feliz señal fisiológica de que el cuerpo había hecho su trabajo y tocaba descansar. Sin embargo, en la actual sociedad 24/7, en la que todo ha de funcionar las 24 horas diarias los siete días de la semana, no parece haber tregua para el descanso. Todos somos beneficiarios y víctimas de este modelo que impulsa a dormir menos y, simultáneamente, a repudiar la fatiga. Las ciudades requieren que muchos servicios funcionen de forma ininterrumpida, pero las personas que hay detrás y delante tienen sus propios ritmos biológicos; internet es una ventanilla que nunca cierra, pero los usuarios necesitan desconectar; las máquinas, en fin, pueden funcionar sin tregua, pero los seres humanos necesitan reposo. Por más que el actual modelo social y productivo no parezca tener en cuenta estos detalles, la fatiga está ahí y se ha convertido en un motivo universal de insatisfacción y malestar. La aparición en la década de 1980 de la entonces llamada “gripe del yupi” y su posterior reconocimiento como una nueva entidad patológica, el síndrome de fatiga crónica, es sin duda todo un signo de los nuevos tiempos.
Actualmente la fatiga es uno de los motivos más habituales por los que la gente acude al médico, por delante de otras dolencias como catarros, erupciones o dolores de cabeza. Aunque la sensación de fatiga es una experiencia normal y universal que indica que el cuerpo necesita descansar, también puede ser un síntoma de una enfermedad que necesita tratamiento o, cuando menos, una señal de alerta del organismo, que pide auxilio para recibir mejor atención, ya sea en forma de sueño, de nutrientes energéticos o de relax mental. Realmente no es fácil de definir la fatiga, porque como el dolor, tiene componentes objetivos y subjetivos, y engloba muchos aspectos, desde la falta de fuerzas y de sueño al estrés y el cansancio mental. Para acallar esta queja del cuerpo, se puede recurrir, según convenga, a técnicas de relajación, cambios en los hábitos de sueño y en la dieta, y otras muchas estrategias, como se detalla en una nuevo informe de la Harvard Medical School dirigido al gran público, Boosting Your Energy. De todas formas, la clave de la vitalidad y el secreto de la resistencia a la fatiga está en buena medida en uno mismo, y tiene más que ver con la motivación que con la juventud. Pero la motivación sólo se desarrolla plenamente cuando uno hace lo que de verdad le interesa. Y eso, ay, no es algo que conozca o pueda hacer todo el mundo. ¿Tendrá algo que ver la actual epidemia de fatiga con esta carencia? | |
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