Anablue MODERADORA GLOBAL
Cantidad de envíos : 11604 Edad : 56 Localización : ahora en cualquier circo que no tenga crisis Empleo /Ocios : me dedico a no olvidarme de respirar que si no me ahogo jejeje Fecha de inscripción : 12/03/2008
| Tema: Modulación afectiva del dolor en la fibromialgia y otros trastornos dolorosos Lun Abr 14, 2008 7:06 am | |
| La hipótesis de que la intensidad dolorosa luego de la exhibición de dibujos negativos y relacionados al dolor, sería mayor en pacientes con fibromialgia que en aquellos con dolor lumbar o en controles normales no pudo ser confirmada.
La fibromialgia se manifiesta con aumento de la sensibilidad al dolor por presión en comparación con personas sanas y con pacientes que padecen otros trastornos dolorosos. En estudios previos se ha destacado el papel de las emociones y el estrés psicológico en el origen y mantenimiento de la fibromialgia, y se ha sugerido que en este trastorno el dolor podría ser particularmente proclive a los efectos del humor negativo. En una investigación se indujeron experimentalmente estados emocionales negativos y positivos en pacientes con fibromialgia y pacientes con dolor musculoesquelético, y posteriormente se evaluó la percepción del dolor corriente. Los enfermos de fibromialgia exhibieron una modulación afectiva alterada del dolor, en el sentido de que la intensidad dolorosa informada fue mayor luego de la estimulación negativa que luego de la estimulación positiva. En el presente estudio, la Dra. Bettina S. Arnold y sus colegas de la Klinikum Bad Bocklet y la Universidad de Würzburg, Alemania, se propusieron investigar la especificidad de la modulación afectiva del dolor en la fibromialgia comparándola con la presente en el trastorno de dolor somatoforme (TDS), el dolor lumbar (DL) y los controles normales (CN).
Métodos
La investigación incluyó a 90 pacientes con dolor crónico y 30 controles sanos. No hubo diferencias entre ambos grupos respecto de edad, sexo, estado civil e índice de masa corporal. Los distintos grupos de pacientes fueron comparables en cuanto a la duración de sus respectivos trastornos dolorosos y también respecto de la presencia de depresión. A todos los participantes se les mostraron 7 dibujos afectivamente positivos, 7 dibujos negativos, 7 dibujos relacionados a dolor y 7 dibujos neutros del Sistema Internacional de Dibujos Afectivos (IAPS, por sus siglas en inglés). Las cuatro categorías fueron presentadas como 24 series permutadas distribuidas en forma aleatoria entre los participantes. El orden dentro de cada categoría también se presentó en forma aleatoria. Para realizar una prueba de manipulación se realizó la prueba Maniquí de Autoevaluación (SAM, por sus siglas en inglés), en la cual se muestra a los pacientes 2 grupos de pictogramas que exhiben niveles diferentes de valencia afectiva y activación (arousal). Para inducir dolor por presión se utilizó un dispositivo con una punta roma de 3 mm, la cual fue aplicada sobre los dedos medio y anular. Las posiciones de la estimulación por presión fueron alternándose. Durante la prueba los pacientes podían calificar la intensidad del dolor en una escala de 0 (ausencia de dolor) a 50 puntos (dolor muy intenso). Se evaluó el valor predictivo de diversas características psicológicas respecto del dolor inducido experimentalmente que incluyeron ansiedad, somatización, estrategias para afrontar el estrés, discapacidad y distrés afectivo, y autoeficacia. En primer lugar se mostraron a los pacientes los dibujos de práctica, y el último de ellos (negativo) fue calificado en la SAM. Luego de completar un cuestionario, los participantes fueron sometidos a la prueba de dolor experimental. La presión se comenzó a aplicar simultáneamente y durante toda la exhibición de dibujos. Se solicitó a los pacientes que calificaran la intensidad del dolor luego de observar cada uno de los últimos 4 dibujos. Luego del séptimo dibujo, se pidió a los participantes que calificaran la valencia y excitación promedio de la serie de dibujos y su relación con el dolor.
Resultados
Las pruebas t revelaron diferencias significativas en los 4 grupos de participantes en las 3 dimensiones (valencia afectiva, arousal y relación con el dolor) cuando se compararon a los dibujos de tipo negativo o relacionados al dolor con aquellos neutros o positivos. Estos últimos fueron calificados como más placenteros, menos excitantes y menos relacionados con el dolor. Los dibujos relacionados al dolor fueron calificados como menos placenteros, más excitantes y más relacionados al dolor que los dibujos de tipo negativo. La prueba de ANOVA para los puntajes de la prueba SAM no reveló diferencias entre los 4 grupos de participantes respecto de los dibujos neutros, positivos y relacionados al dolor. Sólo los dibujos negativos se asociaron significativamente con más dolor en el grupo DL que en el CN. En la prueba de dolor experimental, los pacientes con TDS exhibieron una intensidad dolorosa (promedio de las 4 categorías de dibujos) significativamente mayor que los grupos DL y CN, pero comparable al grupo con fibromialgia. Se registró un efecto central de la categoría de dibujo sobre la intensidad dolorosa. Las intensidades fueron significativamente mayores luego de la exhibición de dibujos relacionados a dolor que luego de los dibujos negativos, y estos últimos se asociaron a su vez con mayor dolor que los dibujos neutros. No hubo diferencia entre estos últimos y los dibujos positivos. No se detectó una interacción significativa entre la categoría de dibujo y el grupo de participantes evaluado. Para la población evaluada en general, las correlaciones de Pearson entre intensidad del dolor y rasgos psicológicos fueron bastante bajas. Sólo se hallaron correlaciones significativas para la ansiedad previa al estudio y para el afecto positivo.
Discusión
En este estudio, señalan sus autores, se investigó la especificidad de la modulación afectiva del dolor en pacientes con fibromialgia en comparación con pacientes con TDS y DL y con controles normales. La hipótesis de que las intensidades dolorosas luego de la exhibición de dibujos negativos y relacionados al dolor serían mayores en la fibromialgia y el TDS que en los pacientes con DL o los controles normales no fue confirmada por los resultados. Es posible, especulan, que esto se deba a que se haya alcanzado un efecto techo durante la experiencia, es decir que el estímulo doloroso utilizado haya sido demasiado fuerte. No obstante, destacan, la investigación confirma que el condicionamiento emocional previo modula la percepción del dolor y que el dolor se percibe particularmente fuerte cuando se utilizan estímulos relacionados con él. | |
|