Agente tóxico: Los celos
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¿Alguna vez has tenido una pareja tóxica?
La frustración de otras personas que nos ven como ganadores y se consideran a sí mismas como perdedoras, los impulsa a golpearnos mental y verbalmente, y a veces incluso mediante la violencia física. También les lleva a involucrarnos en juegos molestos, palabras crueles y comportamientos sucios.
Los celos o la falta de amor propio son la razón de muchos comportamientos negativos hacia nosotros, pero también la causa encubierta de conductas similares de nosotros hacia los demás.
Para reconocer las conductas tóxicas hay que mirarse a uno mismo o hacer que la otra persona lo haga. Quien es crítico hacia otro individuo debe examinar sus razones; una persona honesta normalmente encontrará algún motivo para sentir celos: por ejemplo, poseer algo que el otro desea o le falta, o el sentimiento de que la otra persona tiene más o le va mejor.
La doctora Lillian Glass, que hace unos años publicó un libro sobre las relaciones tóxicas que se convirtió rápidamente en un éxito de ventas, evidenciando la magnitud de este tipo de comportamientos, sugiere emplear de ciertas técnicas para que los ataques emocionales de la gente tóxica no repercutan sobre nuestra salud física y mental.
Para la experta, esto es una cuestión de supervivencia, porque buena parte del bienestar y éxito en nuestra vida dependen de que se mantenga nuestra fortaleza psicológica y emocional.
A veces, para contrarrestar la toxicidad ajena o intentar que no nos afecte, se recurre al consumo de drogas, tranquilizantes o a la alimentación compulsiva. Pero ello sólo es una forma de autodestrucción inconsciente, que sólo ocasiona que esa situación negativa se agudice cuando han pasado los efectos en apariencia placenteros de esos métodos para huir de la realidad.
Tampoco hay que responder con la violencia física, ya que las agresiones a los individuos tóxicos sólo consiguen convertir en víctimas a quienes en realidad son los verdaderos agresores, lo cual realimenta su papel negativo en nuestra existencia: es como intentar apagar un incendio echándole más combustible.