Educación y piscina para controlar la fibromialgiaISABEL ESPIÑO
Hágalo usted mismo. Esta podría ser la recomendación a las personas que padecen fibromialgia, a juzgar por un estudio publicado en el número de marzo de 'Annals of the Rheumatic Diseases'. Un programa de 'autocuidados' (educación sobre la enfermedad y ejercicios de piscina) durante seis semanas logró mejorar el estado de las personas con esta enfermedad.
Lo cierto es que, pese a que esta patología merma tanto la calidad de vida como la artritis -el fibromiálgico sufre dolor en las articulaciones, los músculos y otros tejidos blandos, además de síntomas como fatiga y depresión-, no existe un tratamiento específico.
En ocasiones se recetan fármacos (antidepresivos, antiinflamatorios...) y ,además, suele remitirse al paciente a un programa educativo y a fisioterapia.
"Sin embargo, los programas que se centran en el ejercicio pueden tener una baja participación, un gran número de abandonos y un escaso cumplimiento por un aumento de las molestias tras el ejercicio. [Además], pocos estudios han evaluado estos planes", explican los autores del nuevo trabajo, procedentes de la división de Reumatología del Hospital Universitarios de Ginebra (Suiza).
El programa
Por eso, estos expertos se decidieron a realizar una investigación al respecto: 84 pacientes participaron durante seis semanas en un proyecto que combinaba clases de ejercicios (piscina, pruebas de relajación y ejercicios de suelo), de actividades diarias (para ayudar al participante a planear sus tareas minimizando el dolor y el cansancio) y sesiones educativas para discutir los problemas cotidianos y compartiesen posibles soluciones.
"Las sesiones acuáticas se han desarrollado para romper el característico patrón de inactividad de las personas con fibromialgia, mientras las sesiones sobre los quehaceres habituales otorga una mayor comprensión de cómo planificar esas actividades y las consecuencias de esa planificación", aclaran los expertos.
Seis meses después, se examinó la evolución de estos enfermos, así como la de otros 80 voluntarios que ejercieron de grupo control (no siguieron esta terapia).
Según se deduce de los resultados del seguimiento, "un programa de intensidad media y relativamente corto puede ayudar a los enfermos de fibromialgia, para quienes no hay una terapia concreta", sostienen los investigadores.
Los beneficios
Así, los primeros experimentaron una significativa mejoría en lo que se refiere a su calidad de vida (en especial, el estado de ansiedad y a la vitalidad), estatus funcional (que valoraba los días encamado, el cansancio matutino, etcétera). No se registraron cambios en cuanto a la intensidad del dolor de los pacientes, pero sí estaban más satisfechos
De hecho, en el momento en que se realizó el seguimiento, el 67% de los que habían cumplido el programa seguían haciendo sus ejercicios de piscina regularmente.
"Aunque durante algún tiempo se han promocionado programas similares como una parte importante del tratamiento de la fibromialgia, este estudio controlado y aleatorio presenta los resultados de un programa que combinaba actibidades de agua caliente y educación con el suficiente número de pacientes y seguimiento que tienen la suficiente fuerza como para que empecemos a evaluar críticamente estos tratamientos", dicen los autores suizos.
Estos expertos creen que "hacen falta más investigaciones, con más participantes y un mayor periodo de seguimiento, para desentrañar los mecanismos que hay detrás de las mejorías que hemos visto".