FIBROMIALGIA-Hay que tratar la depresión y el dolor crónico por separado

FIBROMIALGIA
Hay que tratar la depresión y el dolor crónico por separado

ISABEL ESPIÑO


Aunque muchos pacientes con dolor crónico padecen también depresión, es necesario tratar los dos problemas por separado. Un estudio en personas con fibromialgia acaba de desvelar que ambos trastornos 'actúan' independientemente en el cerebro.


¿La depresión clínica lleva a sufrir dolor crónico?, ¿o es el dolor el que 'deprime' al afectado? Como los dos problemas suelen darse a un tiempo (se calcula que más de un tercio de las personas con depresión mayor también sufren dolor físico persistente), se ha especulado mucho acerca de los vínculos entre ambos trastornos.

Precisamente, esto es lo que se propusieron averiguar los autores del nuevo estudio, publicado en 'Arthritis & Rheumatism', quienes han constatado que estar muy deprimido no agrava la hipersensibilidad del afectado. "La implicación para el tratamiento es que tratar la depresión de un individuo (por ejemplo, recetando un antidepresivo sin propiedades analgésicas) no tendrá necesariamente un impacto en la dimensión sensorial del dolor", desvelan estos especialistas, procedentes de las universidades de Michigan (EEUU) y Colonia (Alemania).

Para llegar a esta conclusión, han estudiado en casi un centenar de personas (la mitad de ellas con fibromialgia) los mecanismos que intervienen en la percepción del dolor, tanto físicos (dolor sensorial) como psíquicos (dolor emocional).

El experimento

Todos los voluntarios se sometieron a un experimento consistente en aplicar un estímulo doloroso en una uña para poder valorar su grado de tolerabilidad. Mediante pruebas de imagen (resonancia magnética), se escudriñaba su actividad cerebral durante el experimento.

Los pacientes aquejados de la enfermedad crónica (caracterizada por dolor articular y síntomas depresivos) eran más sensibles a los estímulos dolorosos que los voluntarios sanos, si bien presentar los síntomas depresivos o depresión mayor no afectaba al umbral del dolor del fibromiálgico.

La depresión tampoco influía en la actividad en las zonas cerebrales relacionadas con el dolor sensorial (S1 y S2), aunque sí se asociaba con la actividad en las zonas cerebrales implicadas en las dimensiones afectivas y motivacionales del dolor (la amígdala y la ínsula anterior). Estos últimos hallazgos avalan la teoría de que en la percepción del dolor pueden activarse dos zonas cerebrales 'independientes', mientras que otras áreas de la corteza cerebral integran toda la experiencia.

Aplicaciones

"Se ha investigado mucho sobre el solapamiento y las semejanzas entre el dolor y los síntomas depresivos, pero estos y otros datos sugieren que también es importante identificar los mecanismos de percepción del dolor independientes del estado de ánimo", precisa el trabajo. Otras investigaciones han detectado este mismo fenómeno en otros trastornos dolorosos como el síndrome de colon irritable, el trastorno temporomandibular y la lumblagia sin causa específica.

Pese a lo que pudiera parecer, este hallazgo no sólo tiene una importancia teórica. "La evaluación de estas dimensiones en los pacientes con dolor crónico es probable que mejore el diagnóstico, la elección y eficacia del tratamiento", agrega el estudio.

Por ejemplo, "dentro de las clases de antidepresivos algunos son analgésicos relativamente eficaces (por ejemplo, los antidepresivos tricíclicos) mientras otros no funcionan de este modo (los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina)".