Míralos, ahítan quietos, parece que no tienen alma.
Colgados en las paredes, de mi habitación, descansan.
De tantos momentos, de risas, de amor, de odio y batallas.
Son mis leyendas, mis héroes,
Son los que me da la calma.
Personajes de película, caballeros, princesas y hadas
Todos ellos me vigilan, y en las oscuras noches heladas,
Me protegen con sus ojos, me dan calor con su magia.
Son como estrellas del cielo, con rostros y bellas miradas.
Que se transforman en mitos mis ídolos de oro y plata.
A veces sueño con ellos, y me hacen volar con sus alas,
Me implico en sus aventuras y me hacen soñar con más ganas.
Nunca podré conocerlos.
Son para mí un imposible, pero no renunciare a ellos,
Porque me hacen sentir libre, porque me llenan de sueños,
Porque me dan esperanza, porque me llenan de vida
De libertad y confianza.
Mis héroes de celuloide, los más fieles compañeros,
Los que me hacen soñar despierta,
Los que me hacen sentir ese fuego,
Esa luz en mi mirada cada vez que los contemplo.
Y aunque ellos no lo sepan, en mi corazón los siento,
Como latidos de espuma, en un mar de sentimientos.
Que me producen sus ojos sus personajes, sus cuerpos.
Sus emociones, sus vidas admiración, paz, deseos,
Si solo pudiera tocarlos, con las puntas de mis dedos,
Si solo pudiera decirles, que les observo en secreto.
Que si ellos ríen o lloran, Yo, río y lloro con ellos.
Que se han convertido en amigos, en hermanos, compañeros,
Y en el fondo de mi alma, yo les admiro y les quiero