Mareo, náuseas, dolores musculares, problemas digestivos, alteraciones de memoria y/o de ánimo son sólo algunos de los síntomas que genera el Síndrome de Sensibilidad Química Múltiple (SQM), una enfermedad provocada por la intolerancia a numerosos productos químicos, de limpieza del hogar, perfumería, plaguicidas, metales…
Esta enfermedad, el Síndrome de Sensibilidad Química Múltiple, no esta libre de controversia, dada su variedad de síntomas y el grado de afectación que presentan las personas que la padecen.
Además hay una “asociación importante” con otros dos síndromes: el de la fibromialgia
“Hasta el punto -afirma- de que muchos profesionales nos planteamos si no compartirán una misma causa etiopatogénica y no estaremos ante un único síndrome o enfermedad en la cual si lo que predomina es el cansancio hacemos el diagnóstico de fatiga crónica; si predomina el dolor hacemos el diagnóstico de fibromialgia; y si lo que es más importante es la intolerancia a productos químicos, hablamos de SQM”.
Predominio de mujeres
Entre las personas afectadas hay un predominio de mujeres, pero tampoco está muy claro que porcentaje de la población sufre este síndrome, que provoca un sufrimiento relevante.
Según los estudios poblacionales, varía del 0,5 al 2,5 por ciento, si el diagnóstico es realizado por un profesional de la medicina. Pero el porcentaje pude aumentar hasta mas del 10% si la muestra es poblacional.
Síntomas
Los síntomas afectan a todos los órganos y sistemas en diferente intensidad.
Sistema neurocognitivo: pueden aparecer alteraciones en la memoria, la orientación temporal -espacial, el ánimo y el insomnio.
Afectación de mucosas: rinitis, conjuntivitis, faringitis, sensación de boca quemada, lengua ardiente, asma.
Aparato locomotor: dolores musculares, sin claros síntomas de artritis, sensación de debilidad muscular con cansancio excesivo.
Sistema endocrino: afectación en muchos casos de la glándula tiroides con hipotirodismo/hipertirodismo, tiroiditis de Hashimoto, alteraciones también en el ciclo menstrual en las mujeres con sangrados excesivos o irregularidad en el ciclo, que previo a la exposición era normal, y alteraciones en la hormona de crecimiento, alteraciones en la vitamina D e hiperparatiroidismo.
Aparato digestivo: diarreas, síndrome del intestino irritable, disbiosis intestinal.
Una vida cotidiana llena de limitaciones
La presidenta de la
Asociación de Afectados por el Síndrome de Fatiga Crónica y SQM de Madrid,
María López Matallana, que sufre el Síndrome de Fatiga Crónica y tiene un principio de SQM , destaca que el impacto de esta enfermedad orgánica, multisistémica, reduce la actividad de la persona entre el 50 y el 80 por ciento, y se acompaña de una sensación de gripe que no remite, de trastornos importantes de concentración y memoria, dolor en articulaciones y/o músculos, alteraciones del sueño, dolor de garganta, inflamación de ganglios, inestabilidad ortostática (no poder estar de pie y desmayarse con facilidad), sensación febril e intolerancia a la actividad física, que provoca un malestar muy prolongado, de días, semanas o, incluso, meses, tras un esfuerzo.
Ello conlleva serias limitaciones para su vida cotidiana, ya que no puede viajar en medios de transporte público, permanecer en lugares públicos de obligada asistencia: oficinas para realizar trámites, consultas médicas, y otros lugares como supermercados, tiendas, cines, restaurantes…
Tampoco puede utilizar aseos públicos, caminar o pasear por calles que estén siendo asfaltadas, o cuyas aceras estén siendo reparadas, o con mucho tráfico por parques o jardines que estén siendo fumigados, abonados.
Esta lista también incluye la visita a viviendas de familiares o amigos, o centros hospitalarios que no estén adaptados a sus necesidades.
El afectado por SQM tiene necesidad de utilizar productos especiales para su aseo personal, limpieza doméstica, alimentación, etc., así como utilizar mascarilla, purificador de aire y otros aparatos que les permitan no recibir el 100% del impacto de los tóxicos que se encuentran en el ambiente.
Una exposición a tóxicos, por pequeña que sea, producirá graves problemas de salud, de forma que la persona afectada no será capaz ni siquiera de cuidar de sí misma.
Gran desconocimiento
A juicio de Matallana existe un gran desconocimiento por parte de la mayoría de los médicos y profesionales de la salud sobre estos dos síndromes.
Además el SQM no está reconocido como enfermedad por la OMS, aunque sí por distintos países, entre los que se encuentra España desde enero de 2014.
No obstante, considera que queda “mucho camino que recorrer” con esta enfermedad: desde adaptar consultas o asumir protocolos específicos de atención en las urgencias hospitalarias, a la aplicación de tratamientos adecuados.
Mientras tanto, el acceso a la sanidad pública está lleno de trabas, denuncia.
En cuanto a la obtención de incapacidades laborales, señala que los que padecen SQM tienen que estar muy graves para que se les reconozca.
Fuente.
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