Cómo se puede diagnosticar la fibromialgiaLa fibromialgia no sólo es controvertida por la amplitud de sus síntomas y la complejidad de su tratamiento, ambos aspectos todavía sujetos a un gran debate científico. Además, se trata de un síndrome con un diagnóstico muy difícil, sin pruebas concretas que ayuden a determinar que un sujeto lo padece o no.
Estudios de todo tipo, llevados a cabo por instituciones tan prestigiosas como la Arthritis Foundation o presentados en revistas de impacto como European Psychiatr, coinciden en la dificultad de hacer un diagnóstico correcto y fiable del síndrome. Si a un paciente que sufre fibromialgia se le realizan radiografías, análisis de sangre o, incluso, una bipsia muscular, todos los valores serán perfectamente normales. Para hacer un diagnóstico clínico de la FM es necesario excluir otras patologías, y una vez descartadas estas tomar en cuenta los síntomas más frecuentes del síndrome.
Una de las pocas técnicas desarrolladas para el diagnóstico de la fibromialgia fue elaborada por el Colegio Estadounidense de Rematología (American College of Rheumatology), y se basa en la posible existencia de tender points. Esta forma de diagnóstico aplica una presión de cuatro kilogramos en 18 puntos del cuerpo: si el paciente afirma sentir dolor en once de ellos se considera una prueba con resultado positivo.
Estos criterios fueron establecidos en 1990 y, aunque parten de un enfoque clásico de la fibromialgia, siguen siendo considerados plenamente vigentes. La presión se haría en trapecos, supraespinosos, cervicales bajos, la segunda costilla, epicondíleos, glúteos, trocantéreos y rodillas. La palpación digital, realizada -tal y como se ha dicho- con una fuerza de 4 kilos, debe concluir en un reporte doloroso por parte del paciente, no únicamente sensible.
No obstante, el mismo Colegio Estadounidense de Reumatología describió en 2010 nuevos criterios para detectar el síndrome, mucho más acordes a la visión que en la actualidad se tiene de la fibromialgia. En ese nuevo estudio se presentaron dos nuevas escalas: el Índice de Dolor Generalizado, conocido por las siglas en inglés WPI; y el Índice de Gravedad de Síntomas, también llamado SS Score.
Mediante este criterio ampliado se tienen en cuenta nuevos aspectos que hasta ahora no eran considerados relevantes. Es un diagnóstico mucho más completo y que, con el tiempo, está llamado a sustituir totalmente al establecido en 1990.
La complejidad de la detección de la fibromialgia hace que, con frecuencia, se haga un diagnóstico erróneo y que se informe al paciente de que padece una dolencia que comparte síntomas con la FM. Artrosis, artritis reumatoide e incluso depresión son algunos de los diagnósticos equivocados más frecuentes.
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