LA SENSIBILIDAD QUÍMICA MÚLTIPLE
Miguel Abad Vila 19-07-2011
Mi considerado Aloysius dedica cada vez menos tiempo libre a la lectura, pero también a la televisión. A pesar de todo, la otra noche quedó muy impresionado al contemplar un programa sobre la sensibilidad química múltiple, podríamos decir que desconocida fuera de ámbitos especializados. Desafortunadamente, será cada vez más frecuente, irán apareciendo más pacientes afectados por un síndrome que afecta a todo el organismo, pero especialmente al sistema nervioso central.
Se trata de una enfermedad contemporánea, ligada a la modernidad, en la que una persona particularmente sensible va desarrollando una intolerancia al contacto con infinidad de productos químicos que poseen olor: colonias, gel de baño, desodorantes, productos de limpieza, detergentes, suavizantes, derivados del petróleo, pinturas, papel impreso, telas sintéticas, ambientadores, plásticos, rotuladores, disolventes, plaguicidas, insecticidas, aerosoles, mohos, polvo, humo del tabaco e incluso agua del grifo.
Sostiene Aloysius que para evitar una amplia sintomatología, estos pacientes deberían vivir inmersos en una especie de burbuja que les impidiera el contacto, aún en dosis mínimas, con infinidad de productos químicos aromáticos que forman parte de nuestra vida cotidiana. Una quimera.
No se trata de una enfermedad alérgica, pues no se desencadena una respuesta inmune en el paciente. Es un trastorno que afecta al sistema nervioso, a través de la corteza cerebral y del sistema límbico, si bien también afecta a otros aparatos: respiratorio, digestivo, cardiovascular, endocrino, muscular, ginecológico, dérmico e incluso el inmunitario. Tampoco es una intoxicación, sensu stricto, porque las pruebas analíticas son normales, y por supuesto, no es un trastorno mental, una somatización en forma de múltiples y diversos síntomas de una enfermedad del espectro afectivo.
Dicen los expertos que tal vez el 15% de la población presente alguna sensibilización química parcial, y que entre un 0.5 y un 1% podría desarrollar cuadros clínicos más graves. La sensibilidad química múltiple puede avanzar asociada a otras enfermedades emergentes con la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica/ encefalitis miálgica y la electrosensibilidad.
Desafortunadamente, por el momento no existen tratamientos efectivos, siendo aquellas medidas preventivas destinadas a evitar el contacto con las sustancias desencadenantes el único alivio para estos pacientes.
El ser humano ha evolucionado en un medio hostil, un planeta azotado por catástrofes naturales y cambios de temperatura extremos, habitado por infinidad de insectos, virus, bacterias y otros microorganismos patógenos, en continúa lucha con otras especies animales, tratando de devorar y no ser devorado. A todo ello habrá que añadir ahora el peaje que pagamos por vivir rodeados de nuestros propios inventos.