La fibromialgia es difícil de diagnosticar, por lo que el paciente sufre por este padecimiento por largo tiempo antes de ser sometido a un tratamiento
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Desesperación, angustia, soledad y una gran depresión, son algunas de las emociones que invaden a una persona cuando sufre un gran dolor con tan solo estrechar la mano de un amigo que le ofrece solidaridad; si su hermano le da una palmadita de comprensión en la espalda; o cuando su hijo le brinda un abrazo.
Estos sentimientos son acompañados en muchas ocasiones por un gran temor, porque no sabe por qué es tan doloroso un pequeño tropiezo, el roce de cobijas a la hora de dormir. Nadie cree se sienta mal porque su apariencia física es saludable, la situación empeora cuando acude al doctor y el diagnóstico es que no tiene enfermedad alguna, se llega a creer “me estoy volviendo loco”. Lo cierto es que el padecimiento de esa persona es fibromialgia.
Las características de la enfermedad y su difícil diagnóstico, provocan que la persona se deprima y no salga de su casa, en ocasiones ni siquiera de su cuarto, por lo que se aísla y esto aumenta emociones negativas, como el sentimiento de abandono.
Así lo explicó la doctora Lilia Andrade Ortega, integrante del Colegio Mexicano de Reumatología, al señalar que no se sabe cuál es la causa física de la fibromialgia, pero se reconocen como síntomas el dolor difuso, rigidez en las articulaciones, alteraciones del sueño y una gran fatiga.
Lo anterior es acompañado por hiperalgesia, que es la percepción aumentada de un estímulo que debiera ser poco doloroso, como es un muy leve machucón-
Otro síntoma es la alodina, que es cuando provoca dolor algo que no es doloroso, como un abrazo, el simple peso de una colcha o incluso de una sábana.
En cuanto a características de personalidad, existen algunas estadísticas que ponen en evidencia que este padecimiento se presenta más en personas perfeccionistas u obsesivas.
Debido a las características de la fibromialgia, esta se puede confundir con otros padecimientos, sobre todo los que corresponden al desgaste de articulaciones; una de las formas para poder establecer la posibilidad de fibromialgia, explicó la doctora Andrade Ortega, es revisar los denominados “puntos gatillo”, que son nervios específicos que recorren del cuello a las piernas.
En total son 18 “puntos gatillo”, si el paciente siente dolor en una presión moderada en al menos 11 de estos, entonces se puede orientar el diagnóstico a que su padecimiento es fibromialgia.
Estos puntos, que se reparten por pares, se encuentran en la parte frontal del cuerpo: Cervical bajo (a los lados de la base del cuello), trapecio (entre el cuello y el hombro), segunda costilla, epicondilo lateral (a la altura del codo), y en la rodilla.
En la parte posterior del cuerpo se encuentra en el occipucio ( en la base del cráneo, donde se une con el cuello), supraespinoso (parte superior de la espalda donde se une con el cuello y omóplatos), a los lados de la parte superior e inferior de los glúteos o nalgas).
La especialista precisó que la presión sobre estos “puntos gatillo” no se puede hacer de manera indiscriminada, por lo que el paciente debe acudir con el médico, quien además habrá de ordenar que se realicen diversos estudios para descartar otras posibles enfermedades.
Y en cuanto al tratamiento, lo más recomendable es realizar ejercicio, como caminar, nadar, yoga, estiramientos musculares, entre otros que resulten relajantes.
En cuanto a medicamentos, se pueden utilizar relajantes, antidepresivos, de manera controlada, que son útiles debido a que la fibromialgia está asociada a irritabilidad y trastornos del sueño.
FUENTE: SUMEDICO.COM.MX