Los enfermos de fibromialgia exigen un pacto para mejorar su situación
Marta Cerezo leyó ayer el `manifiesto del pacto social´ frente a Can Misses
«Sólo la actuación coordinada de las instituciones y la sociedad puede establecer las bases de un acuerdo social de atención integral a estas enfermedades», se afirma en el manifiesto que se leyó frente a Can Misses
EIVISSA | JOSÉ MANUEL PIÑA Marta Cerezo se echó a llorar ayer cuando terminó la lectura del manifiesto en el que los enfermos de fibromialgia y fatiga crónica reclaman más atención por parte de las instituciones y la sociedad para ayudarles a mejorar sus condiciones de vida.
La lectura se llevó a cabo frente al hospital de Can Misses y entre un numeroso grupo de afectados por estas dolencias. «Consideramos que ha llegado el momento de proponer un pacto social a partir de la problemática general del colectivo específico en cada comunidad autónoma y encuadrado en el entorno social en el que se sitúan los problemas de las personas enfermas», leyó Marta Cerezo.
Ella no fue la única en echarse a llorar. A su alrededor, otras señoras no pudieron reprimir su emoción al sentir que estaban dando un paso adelante en el reconocimiento de su dolencia como una enfermedad por parte de la sociedad, la comunidad sanitaria y las instituciones oficiales.
«La asociación me ha ayudado mucho más que la sanidad pública», aseguraba una de las asistentes a ese encuentro, convocado con motivo del Día Mundial de la Fibromialgia y la Fatiga Crónica.
«Sólo la actuación solidaria y coordinada de los responsables institucionales y de la sociedad, mediante una actitud activa de todos los agentes implicados, puede establecer las bases de un pacto social de atención integral a estas enfermedades», se asegura en el manifiesto.
«Ambas dolencias implican procesos crónicos y sintomatologías amplias y diversas que influyen de forma determinante sobre el propio enfermo y su desarrollo personal, sobre el mantenimiento de sus relaciones familiares y sociales y sobre su capacidad de trabajo», proseguía el texto, que se leyó simultáneamente en toda España.
«Lo peor es la ignorancia de los demás y tu propia impotencia para explicar por qué no te puedes mover del dolor que sientes, no sólo al médico que te atiende, que ya es grave, sino incluso a tu propia familia, porque no hay un medidor que indique el grado de dolor que padeces, salvo tu propia capacidad para explicarlo. Tú misma puedes llegar a culpabilizarte de tu propio mal al ver que casi no puedes moverte», declaraba otra de las concentradas frente a Can Misses.
María José Martín, presidenta de la asociación, asentía ante sus palabras mientras consolaba a otra de las enfermas, que lloraba desconsoladamente. «Cuando me integré en la asociación me encontraba fatal, quería morirme, pero la asociación me ha ayudado mucho con los servicios de fisioterapia y psicología que han puesto a nuestra disposición. Eso no te lo da la Seguridad Social», lamentaba.
«Proponemos un pacto social para lograr una firme voluntad política, una clara y contundente implicación de las administraciones públicas, la corresponsabilidad de los enfermos y las asociaciones y, una vez más, la complicidad de toda la sociedad», arengó Marta Cerezo durante la lectura del manifiesto.
La atención médica de calidad y con planes de abordaje, protocolos, criterios unificados y asu midos por todos los profesionales de la salud y la creación de centros de evaluación médica con profesionales formados y con mecanismos de contacto, asesoramiento, respeto y colaboración con el profesional de referencia del enfermo son algunas de las reivindicaciones de este colectivo.