PRUEBAN LA RELACION ENTRE EL DOLOR FÍSICO Y LA ANSIEDAD

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La ansiedad duele, o lo que es lo mismo, los síntomas físicos dolorosos aparecen en el 59 por ciento de los casos de trastorno de ansiedad. Éstas son las primeras cifras disponibles sobre la importancia de esta asociación en una amplia muestra y fueron presentadas en Washington (EEUU), donde tuvo lugar el Congreso de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA).

La investigación, que se realizó en más de 80 centros españoles, recoge los resultados de 1.317 casos —de los cuales 422 correspondían a pacientes con ansiedad, 559 a pacientes con ansiedad y depresión y 336 a pacientes sin estos trastornos— con el objeto de comprobar qué porcentaje de dolor había en cada uno de los grupos, porque, como apunta Ángel Luis Montejo, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca y uno de los participantes en el estudio, "hasta ahora se sabía bastante de la relación de la patología dolorosa en depresión pero no tanto en ansiedad".

El porqué de esta circunstancia, continúa, es que hay un aumento de la sensibilidad dolorosa, es decir, "se percibe más dolor que en el paciente que no está ansioso ni deprimido". Los dolores más frecuentes son, por orden, espalda, hombros y cabeza.

Tras someter a los pacientes a una serie de pruebas (escalas VAS y SDS, el cuestionario EuroqoL-5D y modelo Ancova), lo que se vio fue que, al menos 6 de cada 10 pacientes con ansiedad, tenían síntomas dolorosos sin que hubiera ninguna causa física subyacente para el dolor; cuando además de depresión había ansiedad, la cifra ascendía a 8. Es decir, que la presencia de síntomas emocionales está muy asociada a la aparición de otros dolorosos.

"Esto quiere decir que en muchas personas que sufren de dolor no hay que buscar tanto explicación física a ese síntoma y que muchas veces no hay que descartar que sea problema emocional, como es el trastorno de ansiedad o ansiedad con depresión. Ése es un mensaje fundamental", recalca Montejo.

Pero a la luz de los datos no sólo cabe pensar que en la actualidad existe infradiagnóstico, sino que también hay infratratamiento en el abordaje de la ansiedad generalizada, pues no todos los casos reciben la terapia adecuada sino que se les prescribe analgésicos. Así, de las personas incluidas en el estudio, sólo el 17 por ciento del grupo con ansiedad y el 35 por ciento del de ansiedad y depresión recibían un tratamiento farmacológico antidepresivo, considerada la opción terapéutica adecuada.

Por eso, según este experto, lo que se pretende es que los médicos investiguen si detrás de ese dolor puede haber una patología de ansiedad ayudándose de cuestionarios muy sencillos, como los que se han aplicado en el estudio. "En este caso, si se diagnostica, hay que tratarlo con una medicación especial, que son los antidepresivos; lo que intentamos es que el médico reflexione que muchas veces el dolor que no tiene causa física puede estar asociado a este tipo de patologías que también tienen tratamiento".

Tras esta primera fase en la que se ha medido el nivel de asociación del dolor a la patología, el equipo espera poder hacer una segunda en la que se vea que, efectivamente, los pacientes que son tratados mejoran con respecto a los que no lo son.

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Fecha de publicación: Domingo, 12 de Mayo de 2008

E. Sainz Corada

GM Madrid