LECC. 2ª LA ASTROLOGIA 1º NIVEL

AHÍ TENEIS LA SEGUNDA LECCIÓN PARA QUE PODAIS TRABAJAR SI ASI LO DESEAIS.

ELEMENTOS ASTROLÓGICOS

(Herramientas de trabajo y pilares de la astrología)


La astrología occidental trabaja con cuatro elementos naturales que son por este orden:


• FUEGO

• AGUA

• AIRE

• TIERRA

Estos Elementos actúan interconectados e ínter penetrados con los planetas, signos zodiacales y casas terrestres.

La naturaleza de los elementos parten del mismo astro solar, el llamado y con razón “dador de vida” y, con esos elementos como materia prima, “moldeo” nuestro sistema solar.

En el proceso creativo, después de una “ordenación celeste” en que las fuerzas zodiacales se dispusieron a trabajar de acuerdo a las necesidades de ese proceso, y se formaron en “bloques de tres” (triplicidades) en lo que se conoce como “zodíaco constituyente”, que se diferencia del “zodíaco constituido”. Este último lo encontramos en la rueda zodiacal tal y como lo conocemos todos, pero el primero, trabaja por orden de elementos.


Así, en el zodíaco constituyente, primero actúa el elemento Fuego, posteriormente el Agua, a continuación el Aire y por último la tierra, como escenario de acción.


Este proceso que presentamos como los primeros pasos de la creación, podemos considerarlo universal, repitiéndose una vez tras otra en cada ser humano y en cada momento.


El fuego fue el primer elemento que intervino en la creación, como la semilla fecundante y productora de vida (masculino). Es la fuerza avasalladora, arrolladora que todo lo consigue, que todo lo fuerza y lo domina. Es la Voluntad creadora sin la cual nada podría existir.


Es importante que en nuestros propios temas natales exista fuego en alguna parte del mismo, ya que sin él, difícilmente podremos llevar a buen puerto nuestros propósitos. El fuego es el impulso inicial de algo aún indefinido pero que en un futuro, si se realizan correctamente todos los pasos, tendrá una forma material ya definida.


En el plano psicológico es el reino realizador de la pasión tumultuosa o de la voluntad disciplinada; ambición devoradora que satisface una necesidad imperiosa de empuje, de afirmación, de brillo, de superioridad, a través de luchas, creaciones y victorias; voluntad de poder dirigida al combate, al dominio y conquista material, u orientada hacia la conciencia lúdica, hacia la grandeza de una realización moral o de una elevación espiritual...


Los signos zodiacales asociados a este elemento son Aries, Leo y Sagitario.


El Agua fue el segundo elemento actuante, agua fecunda que acoge la semilla del fuego para germinarla en su interior. Elemento pasivo, plástico y receptivo (femenino), donde la fuerza masculina del fuego, adquiere proporciones gigantescas gracias al incentivo emocional que recibe con este elemento. El agua es sinónima de sentimientos y emociones, de deseos que empujan al proceso hacia delante, de una manera imparable. Con la acción del agua, la voluntad creadora comienza a tener una forma y un sentido.


Es igualmente importante que en un tema astrológico exista agua ya que sin esta, nuestras intenciones, nuestros propósitos, carecerían de sentido y de la fuerza suficiente para que arraigue en nuestros corazones. Seríamos como autómatas sin sentimientos, sin motivaciones por las que luchar.

Psicológicamente es el reino del instinto conservador que presta un lugar importante a la memoria, a los recuerdos, a las impresiones recibidas, a lo adquirido junto a la renuncia a la acción, se encuentra también el abandono a la vida interior, a la inconsciencia, a la fantasía, a la imaginación, al sueño, a la contemplación, al predominio de la sensibilidad psíquica...

Los signos zodiacales relacionados con este elemento son por este orden: Cáncer, Escorpio y Piscis.


El tercer elemento que intervino fue el Aire, donde la voluntad creadora, que comenzó en el fuego y se incentivó con el agua, comienza su fase de exteriorización, su manifestación al exterior, haciéndose más manifiesta la intención de la voluntad.


Con la intervención de este elemento, se hace preciso un ajuste mental concreto y estructurado y esto significa un serio recorte, un reajuste a las intenciones iniciales. Con el fuego, el propósito era aún algo sin definir, abstracto en su esencia y por ello, sin fronteras delimitadoras de ningún tipo. Con el agua ocurre algo parecido; las emociones, los sentimientos, no conocen fronteras y son del todo infinitos. Sin embargo, con la intervención del elemento aire y con ello, de las fuerzas mentales concretas (hemisferio izquierdo), estos límites aparecen.


Estructurar, de un modo u otro significa limitar. Llegados a ese estadio se revisa el propósito y valoramos con el peso de la mente, con la fuerza de la razón, lo que es lícito y lo que no lo es, lo que tiene reales posibilidades y lo que es mejor descartarlo por inverosímil o por la razón que consideremos en ese momento.


De este modo, la empresa comenzada con el fuego, que adquirió proporciones incalculables en el agua; llegados al aire y al filtro mental, se frenan en gran medida y se reduce su intensidad, su luz, sus proporciones... El proceso adquiere una lógica que si bien la reduce, a cambio, recibe mayor coherencia y mayores posibilidades de hacerla realidad.


El aire, es un estado gaseoso, fluídico, impalpable, ligero, volátil, que tiende a la difusión, a la expansión ilimitada en un espacio cada vez más grande; móvil, difuso, envolvente, es el agente de la unión, la envoltura de nuestro espacio libre, del medioambiente en que nos animamos...


Perpetuo estado de libertad y de disponibilidad, se encuentra expuesto a todos los desplazamientos, mezclas, influencias... Naturaleza rica que se expande espontáneamente en su medio físico... Psicológicamente expansivo que vive de movilidad, de intercambios, de contactos con su medio, al que se adapta y asimila espontáneamente.


No es menos importante pues, que en nuestro tema natal exista actividad en el elemento aire ya que sin él, nuestras acciones, nuestra vida, carecería de lógica, de estructuración, y muchos de nuestros proyectos se derrumbarían, serían utópicos, imposibles de realizar en el medioambiente que nos movemos.


Los signos que se relacionan con este elemento son Libra, Acuario y Géminis.


Después del elemento aire, interviene el último que es el de tierra, el resultado tangible, sólido y estructurado de todo el proceso. La tierra es el fruto, el punto culminante de la experiencia que comenzó en el fuego.


Este proceso terrestre da comienzo con Capricornio, encargado de darle la consistencia precisa, de estructurarlo en la realidad, de poner piedra sobre piedra hasta conseguir levantar todo un edificio. Construcción que recogerá Tauro y la embellecerá y gozará felizmente, con toda plenitud; por último y dentro del ciclo terrestre, llegados a Virgo, será el momento de derribar todo el “edificio” que hemos levantado pacientemente para construir uno nuevo, mejor que el anterior. Será el momento de desprendernos de toda esa plenitud para generar nuevos espacios que ocupar, nuevos vacíos que llenar, nuevas situaciones que permitan el nacimiento de un nuevo ciclo, un nuevo peregrinaje por la rueda zodiacal.


Es evidente sin embargo, que conservaremos de todo este gran ciclo de experiencias, el fruto esencial de la misma, que es lo realmente importante, aunque pueda parecer a simple vista todo lo contrario.


El nuevo ciclo que iniciemos será distinto al anterior ya que seremos portadores de unas nuevas cualidades (fruto esencial de toda la experiencia...) que en el anterior no teníamos.


Con este cuarto elemento pues, aparecerá una condensación, concentración, reducción, privación y, en el límite, de desmaterialización... Estado de petrificación, mineralización y fosilización que desemboca en la estructura más o menos geométrica de las cosas... En la conservación de los valores durables en un cuerpo autónomo, resistente, delimitable, aislado y cerrado.


Psicológicamente es un selectivo, de mundo cerrado y profundo o complejo. Ante la vida instintiva y natural que se retira, el ser se organiza interiormente utilizando los recursos de su inteligencia, o tomando el camino de la renunciación, del desapego, de la privación, de la despersonalización... La vida psíquica es rica, profunda y compleja...


Como podemos suponer, también es importante que en un tema astrológico exista actividad en el elemento tierra ya que sin este, nos sería imposible o muy difícil, plasmar nuestros propósitos en la sociedad, de hacer piedra nuestros proyectos...


Los signos que se asocian con este elemento son Capricornio, Tauro y Virgo.

LOS SIGNOS ZODIACALES


Tenemos pues 12 signos zodiacales repartidos en estos cuatro elementos, a razón de tres signos por cada uno de ellos.


• Tres de fuego: Aries, Leo y Sagitario.

• Tres de agua: Cáncer, Escorpio y Piscis.

• Tres de aire: Libra, Acuario y Géminis.

• Tres de tierra: Capricornio, Tauro y Virgo.


El análisis del zodíaco nos pone en presencia de una estructura ordenada del cielo, según los valores de los cuatro elementos que acabamos de conocer, y tres principios, Cardinal, Fijo y Mutable, no poseyendo cada signo significación más que en función de su posición en el círculo y sus relaciones con los demás signos.


Aunque los planetas, esos astros errantes, parezcan independientes, tenemos que considerar como ya se indicó, al sistema solar (y todo el cosmos...), a imagen de un organismo cuyas partes constitutivas forman un conjunto vivo análogo a un motor, o mejor aún, a un cuerpo humano.


Todo forma parte del conjunto, algo reflejado en las leyes herméticas del “Kybalión”.


El TODO debe ser todo lo que realmente es. Nada puede existir fuera del TODO, o, de lo contrario, el TODO no sería tal.
El Kybalión


Cada elemento trabaja con tres signos zodiacales. El primero (cardinal), que es el iniciador, el que pone la semilla de un ciclo que comienza. El segundo (fijo), que hace de “tierra fecunda” a esa semilla. Es decir, interioriza ese impulso para darle consistencia, se forma como “receptáculo” donde la semilla pueda arraigar, como el vientre femenino lo es respecto a un bebé antes de aparecer en el escenario físico, después de recibir “las semillas” del fuego masculino. El tercero (mutable), que lo manifiesta al exterior para poder obtener unos resultados de ese impulso inicial y a su vez, comenzar un nuevo ciclo. Este proceso se “repite” sucesivamente en los distintos elementos.


Como ya se indicó, comienza en el fuego donde se realiza el proceso que acabamos de mencionar. Sigue en el agua donde adquiere el incentivo emotivo preciso que de sentido a “la obra”. Pasará posteriormente a los signos de aire en el cual, se estructurará de un modo coherente, lógico y, por último, pasará a los signos de tierra donde como ya se indicó, tomará forma material.


Estos cuatro ciclos o elementos, sumados con los tres signos de cada uno de ellos nos da la cifra de SIETE. Es importante que meditéis sobre este número porqué es verdaderamente “mágico”.


En las distintas escuelas esotéricas, el número siete es presente y determinante, como en otras enseñanzas en los que este dígito es vital. Todo está clasificado por el siete: los siete mundos o cuerpos, que a su vez se subdividen por siete cada uno de ellos, en una escala infinita; los siete principios herméticos, los siete colores del arco iris, los siete chacras, los siete plexos, las siete notas musicales, los siete días de la semana; los siete días de la creación, los siete planetas personales... En astrología cabalística, el siete está representado por Venus, el planeta del amor y la belleza y su aspecto de “trino”, es símbolo de triunfo.

Y LO DEJAMOS AQUÍ QUE YA TENEIS BASTANTE MATERIAL PARA TRABAJAR.
LA PRÓXIMA LECCIÓN (3ª), SEGUIREMOS CON LOS SIGNOS Y SU NATURALEZA GENERAL.

HASTA PRONTOY ESPERO QUE OS GUSTE

Marifé escribió:

vaya cuantas cosas vamos a aprender jaja de verdad que para mi es apasionante , todo lo que sea aprender bienvenido sea, lastima que mi condicion de ahora haya hecho que no pueda recurrir a seguir estudiando y acabar todo aquello que habia comenzado a hacer, en cualquier caso sigo insistiendo sobre ello

muchisimas gracias " profe"

ES FANTASTICO GASPAR

luisa safor escribió:

Marifé escribió:

vaya cuantas cosas vamos a aprender jaja de verdad que para mi es apasionante , todo lo que sea aprender bienvenido sea, lastima que mi condicion de ahora haya hecho que no pueda recurrir a seguir estudiando y acabar todo aquello que habia comenzado a hacer, en cualquier caso sigo insistiendo sobre ello

muchisimas gracias " profe"

ES FANTASTICO GASPAR

GRACIAS

Hola Gaspar,me gustaría saber una cosa.
En civilizaciones antiguas no se conocían los planetas de los que tenemos constancia ahora.Ha cambiado algo la astrologia en ese aspecto?Ha incorporado los nuevos planetas?
Gracias
Carolina