Marifé FUNDADORA DE FIBROAMIGOSUNIDOS.COM -WEBMASTER-GRUPO DE APOYO-REIVINDICACIONES-ACTIVISTA
Cantidad de envíos : 31735 Edad : 62 Localización : GIJÓN Empleo /Ocios : Educadora infantil-PENSIONISTA Fecha de inscripción : 08/03/2008
| Tema: Epidemiología FM Dom Mayo 04, 2008 6:18 pm | |
| Epidemiología
La FM constituye la causa más frecuente de dolor crónico generalizado en edades medias de la vida, ya que entre el 1% y el 2% de la población cumple los criterios para ser diagnosticados de esta enfermedad aunque este porcentaje varía entre los diversos países y culturas.
Dentro de los dolores de origen musculoesquelético, comparte con la poliartrosis un sitio preferente en la consulta del reumatólogo (Bennett 1995). Pero no solamente el dolor condiciona la consulta con los médicos; también lo hacen debido a la mala calidad de vida que les produce la presencia de otros síntomas tales como la fatiga, los trastornos del sueño, el desánimo y la rigidez matutina y que se relacionan de forma muy directa con la percepción de mala salud, tal como se transmite en los diferentes estudios que han aplicado test de calidad de vida a los pacientes (Dessein et al. 1999).
La alta prevalencia de la FM y su incidencia negativa tanto en el ámbito sociolaboral como en la calidad de vida de los pacientes, ha suscitado un gran interés en los epidemiólogos y en la última década se han multiplicado los estudios demográficos y sociológicos. Estos estudios se realizan preferentemente en países industrializados del ámbito occidental y refieren incidencias cercanas al 5,6% en la consulta de medicina general (Wolfe, 1993) y de un 12 al 20% en las consultas de reumatología. Sin embargo, estos datos contienen una amplia variabilidad dependiendo del país donde han sido recogidos. Así, mientras en Noruega se registran incidencias del 11% de la población general, en Dinamarca se registran prevalencias de un 1%. Esto se debe fundamentalmente a las marcadas diferencias en la metodología empleada al aplicar los criterios diagnósticos (Zoppi, 2000). Wolfe et al. (1995) encuentran una incidencia de FM entre 1% y el 2% si se aplican los criterios de la ACR en la población general con edad inferior a los 50 años.
La distribución demográfica de la FM es una de sus principales características. Más del 90% de los pacientes diagnosticados son mujeres, con una relación mujer/hombre de 8/1 (Wolfe et al., 1995). Aunque esta predisposición femenina se mantiene en la presentación infantil de la enfermedad, para estas edades la relación hembra/varón baja hasta 3/1 (Buskila et al., 1993). En un estudio reciente realizado en Noruega se establece una incidencia anual elevadísima, que los autores cifran en 583 casos por cada 100.000 mujeres entre 26 y 55 años (Forseth et al., 1997). La FM se puede presentar asociada o no a otras enfermedades musculoesqueléticas; en el primer caso se denomina FM secundaria. Sin embargo la FM primaria es la más frecuente. La media de edad en la que se inician los signos de FM primaria es de 44,7 años mientras que para la FM secundaria es de 51,9 años (Wolfe et al., 1990).
Algunos autores observan una predisposición constitucional a desarrollar la enfermedad (Zoppi, 2000). Así, la población con mayor riesgo para sufrir FM son las mujeres con exceso de peso y signos de hiperlaxitud en sus estructuras somáticas: varices, hemorroides, telangiectasias. Otros autores han sugerido incluso una predisposición genética, al encontrar algunos casos de FM con acumulación familiar muy significativa (Yunus et al., 1992a). En este sentido, existe cierta concurrencia de FM con algunos trastornos neuroendocrinos que muestran caracteres ligados a alteraciones genéticas.
En nuestro país se han realizado estudios epidemiológicos en Cataluña, con resultados muy similares a los publicados en países industrializados del entorno europeo; estos estudios establecen una prevalencia del 11,6% de la población si se aplican los criterios de Yunus y de un 5% si se aplican los de la ACR (González y Alegre, 1998). Según estos autores, se aprecia una prevalencia del 0,75% para los varones y de un 5,9% para las mujeres, siendo el intervalo de edad de mayor incidencia el comprendido entre los 60 y 69 años y el más bajo entre los 18 y 29 años si se excluye la FM infantil.
Existen otros factores sociodemográficos ligados a la FM en los que se ha insistido mucho en la última década. Llama la atención su distribución preferencial en la población con niveles de renta más deprimidos y niveles educacionales bajos. En opinión de algunos autores, estas dos circunstancias son coincidentes en el mismo grupo social y por la misma razón su asociación con el abuso sexual y físico de las mujeres es consecuencia de una mayor frecuencia de estas circunstancias en las capas sociales más deprimidas (Alexander et al., 1998). La relación con el abuso sexual y/o físico en mujeres es manifiesto no sólo por su mayor frecuencia en las mujeres con FM (en el estudio de Alexander el 57% de las mujeres con FM refieren historia de abusos de este tipo), sino que la incidencia de FM en las mujeres que han sufrido abusos quintuplica al resto de las mujeres del mismo grupo social. Parece además, que estas mujeres son más proclives a sufrir las formas graves de la enfermedad, ya que si se analizan otras variables, se pone de manifiesto mayores escalas de dolor, mayor fatiga y mayores limitaciones funcionales así como un aumento significativo del consumo de atención médica y de analgésicos para el grupo de mujeres con historia de abusos y FM, frente al resto de mujeres con FM del mismo grupo social que no han sufrido abusos.
González y Alegre (1998) definen el perfil demográfico y social con mayor incidencia de FM en nuestro país y por tanto de mayor riesgo: mujer de 59 años, con exceso de peso y nivel socio-cultural bajo. | |
|