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| Ventajistas: de la fibromialgia a la histeria pasado por la simulación | |
| | Autor | Mensaje |
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Marifé FUNDADORA DE FIBROAMIGOSUNIDOS.COM -WEBMASTER-GRUPO DE APOYO-REIVINDICACIONES-ACTIVISTA
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| Tema: Ventajistas: de la fibromialgia a la histeria pasado por la simulación Mar Jul 21, 2009 11:34 pm | |
| No se si conoceis este articulo de nuestro amigo
De: Ma Pilar de Moreta Folch (pmoreta@ya.com) Enviado: martes, 21 de julio de 2009 21:56:22 Para: 'Marife Antuña' (marifeantunha@hotmail.com)
Se recomienda visualizarse en una burbuja luminosa antes de su lectura, altamente dañino para personas sensibles como nosotras.
Si lo consideras oportuno lo cuelgas yo no se como hacerlo.
Un abrazo a todas. Mª Pilar de Moreta
Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría
versión impresa ISSN 0211-5735
Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq. n.90 Madrid abr.-jun. 2004
ARTÍCULO ORIGINAL
Ventajistas: de la fibromialgia a la histeria pasado por la simulación
Free-riders: from fibromyalgia to histeria throug simulation
Guillermo Rendueles Olmedo
Psiquiatra
Dirección para correspondencia
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RESUMEN
Debato el sugerente artículo de J.Ramos sobre la fibromialgia tratando de comparar el concepto de ventaja inconsciente y capitalismo de ficción por el de decisión racional y capitalismo. Propongo la tradicional figura del gorrón tan productiva en sociología como alternativa a la del histérico.
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Desvela Javier Ramos en su articulo1 (1) una verdad y una genealogía ciertamente incómoda para la acrítica aceptación de las quejas somáticas como enfermedad: la fibromialgia es la patoplastia de la histeria en el tiempo del "capitalismo de ficción". Acierta igualmente Ramos a extender el parentesco, el "aire de familia", con la histeria a la fatiga crónica y podría hacerlo aún más hacia otros etiquetados psiquiatricos -del estrés postraumático a la distimia- que medicalizan (bautizan como síndromes) los comunes malestares postmodernos.
El editorial de la Revista de la AEN donde se publica el articulo que gloso, bajo el titulo "El Riesgo psicosocial en el trabajo2 (2), constituye a mi juicio un ejemplo claro del proceso de individuación-psiquiatrización que el texto de Ramos analiza. Desde el titulo, el editorial dedicado a una "realidad emergente", nombra las malarias y sufrimientos del mundo del trabajo en precario como queme, mobbing,bossing y otras lindezas por el estilo. Crea, fabrica por esa magia que las palabras generan, una realidad medico-psico-social, un síndrome, donde siempre hubo fatiga (trabajar cansa), disciplina laboral (léase humillación obrera) y resistencia a la explotación3 (3). El presupuesto de la neoepidemia de enfermedades laborales consiste en que cada mañana el deseo de ir a trabajar nos mueve a realizarnos durante ocho horas de gozo retribuido y que al terminar la jornada una honda satisfacción nos devuelve al hogar4(4). Solo la persecución de algún gerente paranoide o las coaliciones malignas de compañeros turbaría la arcadia laboral produciendo la emergencia de estos nuevos (¿) síndromes. Recomendaría a los creyentes en estas neoenfermedades, la lectura de los viejos relatos sobre autolesiones en el medio laboral (mejor salir del tajo sin unos dedos que continuar dejando los pulmones en la mina) o algún texto autobiográfico de Simone Weil5(5) respecto a cómo después de unos meses trabajando en la Renault, incluso una persona tan digna y santa como ella, acepta cualquier humillación (que al volver a casa desde el taller le manden levantarse del asiento del autobús, por ejemplo). En el mismo sentido Asturias debe ser una extraña comunidad donde cuando se anuncia una prejubilación en la siderurgia o la minería para personas en torno a los 40 años, los trabajadores lejos de protestar por la pérdida inician carreras para ser los primeros en dejar de trabajar.
Acierta también Ramos en denunciar cómo la cultura dominante exhorta a expresar los malestares cotidianos en un formato médico ("a elegir al médico como interlocutor"). De nuevo el editorial que comentamos cumple esa función medicalizadora. No se trata de que el trabajo sea un proceso que fuerza a transformar la vida -eso que fluye sin horario ni futuro- en tiempo, y a vender ese tiempo como fuerza de trabajo, que obliga a contarnos la vida como un calendario con días negros laborables y rojos de diversión pero todos ajenos a la fiesta, sino que el tiempo de trabajo parece fruto de un consenso ajeno a la violencia estructural. Tras esa naturalización de las relaciones de trabajo el individualismo remata el análisis de F. Mansilla: nada de impersonal explotación por gerentes, coordinadores y otras criaturas del Señor para que rindan todos y cada uno de los trabajadores, sino un perseguidor al que el azar situó en mi empresa que me amarga la vida con el Mobbing. De ahí que no deba de enmarcar mi sufrimiento en lo colectivo, ni buscar ayuda en un comité de empresa, sino buscar un buen psi que me diagnostique de indefensión y me defienda en el marco armonioso de una legislación laboral en cuya santidad deberé confiar.
Esta reflexión viene a cuento porque es del olvido de este capitalismo de no ficción de donde J. Ramos deja de pensar y no saca las Conclusiones a las que su texto conduce y que en cambio están claramente presentes en los artículos de Freud6(6) citados por él. En la cita e interpretación de Freud, Ramos no incluye unas líneas que a mi juicio son claves para conocer las indicaciones y contraindicaciones de la psicoterapia en el esquema freudiano "Se puede no compartir la repugnancia ascética al dinero y deplorar sin embargo que la terapia analítica resulte casi inasequible a los pobres y tanto por motivos externos como internos... la experiencia demuestra que cuando uno de tales individuos (los pobres) contrae una neurosis, no se deja ya arrancar a ella pues le presta grandes servicios en su lucha por la autoafirmación y le procura una ventaja patológica secundaria demasiado importante". Frente a la psicoterapia para todo y todos de la postmodernidad, Freud afirma que la aplicación del psicoanálisis a las clase populares es "casi imposible" porque aparte de no tener dinero para pagárselo, sus necesidades les conducen a sacar ventajas materiales y a cronificarse en un estado de queja permanente. Los Escritos Técnicos freudianos de los que este artículo forma parte, formulan los consejos prácticos "para la interpretación y las condiciones reales de la cura" con los que trata de limitar esos beneficios substituyéndolos por unas duras condiciones, como marco de una cura solo aceptables por unos pocos cultos, jóvenes y ascéticos. En esos escritos Freud habla con "total sinceridad sobre el dinero" afirmando la necesidad de pagar por la terapia tanto por motivos teóricos como prácticos. Hay una interminable bibliografía sobre la posibilidad o imposibilidad de una cura analítica sin el esfuerzo del pago del paciente, complementaria a las posibilidades de inserción en la sanidad pública, que en general se ha decantado por la privacidad de una relación liberal de prestación de servicios. El caso del Hombre de los Lobos es el arquetipo del paciente profesional que como las fibromiálgicas de baja laboral, cobra por curarse y que obviamente jamás lo logra, ocasionando por añadidura la sospecha de fraude científico ante la subvención del paciente que confirma la historicidad del recuerdo de la escena primordial.
Otro problema del análisis de Ramos sobre la fibromialgia consiste en el énfasis de un paréntesis que califica el objetivo de la ganancia secundaria como inconsciente. La búsqueda de ganancia ante cualquier situación es la clave de la llamada Teoría de la Elección Racional7 (7) que desde la economía metastatiza el tipo de razón más apreciado en sociología o psicología (es la base de los cálculos de la elección conductual que conducen en el 2002 al Premio Nóbel al psicólogo D. Kahneman8 ().
La regla de racionalidad que debe regir la elección en cualquier situación -del mercado a las relaciones amorosas- consiste en el viejo axioma "saca lo más posible del que tengas al lado e invierte en él lo menos posible". Si las quejas de dolores o fatigas producen a las fibromiálgicas los beneficios laborales, familiares y afectivos que Javier Ramos afirma con justeza en su artículo, habrá bastante más de autoengaño que de esa inconsciencia que él atribuye a las nuevas formas de histeria.
El argumento tiene especial relevancia en la medida que la búsqueda de ganancia como estrategia racional de conducta enlaza con otro de las figuras claves en la Teoría de la Imposibilidad de la Acción Social bautizado por Olson como el Free Reader o el Gorrón9 (9). En la naturaleza el mejor ejemplo del gorrón es aquel que deja sus huevos en nidos ajenos para lograr la sobrerrepresentación de sus genes sin la inversión del esfuerzo de crianza. En lo social el trabajador que no va a la huelga pero se beneficia de las ventajas y los logros del conflicto. Miles de artículos se publican sobre el tema de los dilemas que ocasiona la combinación de ambos problemas y las dificultades para prevenir la acción de los gorrones que en los modelos biológicos de simulación lleva a la extinción de los grupos de "cándidos" que toleran las estrategias ventajistas10 (10).
Un cierto darvinismo social usa argumentos similares contra los servicios sociales del estado del bienestar a los que acusa de no intentar diferenciar el buen pobre -que debe recibir ayuda para salir de su situación de mala fortuna-, del mal pobre que se aprovecha en su vagancia de la caridad estatal sin ninguna voluntad de trabajar para salir de su estado-, provocando una mala educación moral de las poblaciones marginales estimuladas a vivir pidiendo en todas las agencias del bienestar. De ahí que sin necesidad de una epistemología de la sospecha quepa situar a estas enfermas en un campo intermedio entre esa inconsciencia aceptada por Ramos y la simulación franca (es asombrosa la escasez diagnostica de esa categoría psiquiátrica que ilumina viejas patologías tan frecuentes al principio de siglo XX como hoy la fibromialgia llamadas el Corazón del Soldado o la Espina del Ferrocarrilero.
En su artículo de J. Ramos no encuentra más solución al dilema del beneficio secundario que una transformación ética del diálogo corporal que posibilite transformar el síntoma físico, la enfermedad del cuerpo, en dolor de alma o infortunio común. El artículo elude con ello pronunciarse sobre cómo lograr la renuncia a los beneficios materiales que en el artículo se atribuye al rol de fibromialgia "en lo laboral les son concedidas prebendas de discapacitados, en lo social se les cede un lugar de privilegio..." o cómo contestar la pregunta de una paciente que ante mi interpretación sobre la etiología de sus dolores erguía ¿se cobra de los nervios?
Cuando llenamos un informe psi para la baja laboral de estos casos enfrentamos el gran problema de la práctica de la psiquiatría publica que debe avalar jubilaciones aparentando un saber del que carece para separar las expresiones "siente dolor" del "finge tener dolor". Pretensión ciertamente curiosa porque supone un saber imposible ya que como ha demostrado Wittgenstein11(11) del dolor solo podemos conocer su expresión pública sin acceso al lenguaje privado. De ahí que solo podemos comportarnos a partir de anticipar los resultados que la duda o la sospecha ante el que dice ¡AY! provocaría en nuestra conducta. La sospecha nos convierte en unos monstruos insensibles al dolor ajeno, y por ello conviene la credulidad ante el dilema y no ninguna pericia comunicativa como la que describía Vallejo Najera para descubrir y mandar al paredón simuladores durante la guerra civil española.
Disminuir los casos de histeria fue fácil tras la popularidad de las teorías freudianas. Él mismo anticipó el mecanismo de descrédito cultural de la conversión y la disociación: si el código femenino para ir a mear en grupo durante una excursión es "vamos a coger unas flores de aquel soto" se descubre, nadie vuelve a utilizarlo. Pero si el sufrimiento cotidiano permanece y las ventajas con la enfermedad subsisten, los fantasmas reaparecen con otros nombres y fibromialgia es desde luego uno de ellos que solo desaparecería con idéntica terapia.
Difícil es anticipar soluciones en cambio para esa necesidad de escucha mercenaria que afecta a miles de personas incapaces de encontrar redes naturales en las que elaborar sus duelos o encontrar saber común con el que regir sus vidas sin aprender a vivir en las consultas psi. La crianza con vínculos serenos, el abandono de la entupida veneración del deseo mimético como brújula vital, la anticipación en los silogismos prácticos de que alguna vez cuando la desgracia nos alcance seremos seres dependientes y que por ello mejor vivir en grupos naturales regidos por virtudes premodernas como la templanza o la caridad parecen estrategias conductuales prudentes.
Pero en paralelo a ese lento regreso a unas fuentes del yo comunitario, no necesitar quejarse para cobrar la baja ni simular para jubilarse exige la generalización de un salario no dependiente del trabajo y un sistema de pensiones que no pase por las modernas formas de separar los buenos pobres con derecho a pensión de los malos.
El desarrollo del dilema implícito en el artículo de Ramos -¿Cómo disminuir los beneficios secundarios con la enfermedad psíquica?- tiene, en resumen, dos marcos de solución opuestos. Uno liberal en los que las técnicas freudianas parecen adecuadas excluyendo de la cura cualquier situación en la que se produzca ventaja: el terapeuta no proporcionará papeles, no hablará con la familia del paciente, cobrará siempre las sesiones y resistirá el deseo de proporcionar cualquier satisfacción real al paciente.
El otro marco de solución del dilema del beneficio, que disuelve de paso la epidemia de mobbing, consiste en la abolición de la relación trabajo-dinero (mediante un primer paso de salario universal) y su desarrollo mediante la oposición al consumo ostentoso de chismes inútiles o peligrosos (el automóvil por ejemplo12 (12)).
Toni Negri13 (13) que sufre persecución por forzar la Historia en esa improbable dirección termina Imperio afirmando que la tarea de intentarlo produce dicha: "Ésta es una revolución que ningún poder podrá controlar, por qué el biopoder y el comunismo, la cooperación y la revolución continúan unidos, en el amor, la simplicidad y también la inocencia. Ésa es la irrefrenable levedad y dicha de ser comunista".
¿Por qué no creerle? | |
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| Tema: Re: Ventajistas: de la fibromialgia a la histeria pasado por la simulación Miér Jul 22, 2009 3:45 am | |
| -------------------------------------------------------------------------------- No tengais miedo a leer porque sea largo. Vale la pena constatar lo enajenado que está el colega. No entiendo como una revista ha tenido el valor de publicar semejante articulo sin ningun estudio cientifico que lo avale, no hay ni una estadistica , y se ampara en una bibliografia obsoleta que lo unico que demuestra es, como se nos juzga, en base a unos apriorismos totalmente fuera de lugar y tiempo. No os quedeis calladas hay muchos Guillermitos por estos mundos. Un abrazo a todas. Mª Pilar Moreta | |
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