DECÁLOGO DE CONSEJOS 1. Aprenda a convivir con su dolor.
Desgraciadamente, no existe un tratamiento que le haga desaparecer su intenso y extenso cuadro doloroso. Por ello, hay que asumir que el dolor puede persistir siempre y que puede «formar parte de nuestra vida». Solo mejorará quien asume su proceso, se «reconoce» el dolor, y así podremos controlar mejor la situación.
2. Controle sus emociones.
Los pacientes con fibromialgia, desarrollan un gran número de sentimientos negativos: enfado, frustación, fracaso, culpa, ansiedad, depresión... Hay que controlar estos efectos negativos para que no se encronicen.
Debe reconocer todo lo positivo: su enfermedad no se cura, pero puede hacer muchas cosas a pesar de ella, tiene amigos y familiares que le apoyan, no sea perfeccionista, pues está usted limitado en muchas actividades, sea realista y plantéese objetivos diarios (andar, ir de compras, etc.).
Exprésese de forma abierta en su círculo, explique su situación.
3. Controle su estrés.
Organice y planifique sus actividades diarias, dedicando parte de su tiempo a la relajación: respiraciones profundas, yoga, tai-chi... Preste atención a situaciones que aumenten el estrés: trabajo, vida familiar, economía, etcétera.
4. Evite la fatiga.
No es bueno estar inactivo, pero tampoco aumentar excesivamente la actividad, pues le producirá una fatiga innecesaria.
Plantee cuales son sus necesidades diarias y evite o delegue las que no sean estrictamente «obligadas».
Intercale períodos de descanso en su actividad, haciendo sus tareas al ritmo que pueda asumir.
5. Haga ejercicio.
Es un punto fundamental en el tratamiento de la fibromialgia, pues además de mantener en forma la musculatura, disminuye el dolor, favorece el sueño, mejora la ansiedad y depresión y mejora la fatiga. Todo esto se consigue por la liberación de «endorfinas» con el ejercicio.
Son buenos los ejercicios aeróbicos: caminar, correr, andar, bicicleta, bailar, etc., comenzando de forma suave e incrementando su intensidad y duración de forma progresiva.
Al principio, puede que el ejercicio aumente el dolor, pero progresivamente irá disminuyendo.
6. Relaciónese con los demás.
Frecuentemente, sus amigos o familiares pueden no comprender su situación, lo que le hace «aislarse», lo que perjudica su enfermedad.
Es preciso que explique lo que le pasa a sus amigos y compañeros. Pida ayuda si la necesita y nunca rechace la compañía de otros.
El apoyo de amigos y familiares es un puntal imprescindible para su mejoría.
7. Proteja su salud.
La depresión que con frecuencia se asocia a la fibromialgia, puede hacer que deje usted los buenos hábitos. Debe evitar tóxicos (café, tabaco, alcohol) y hacer ejercicio como hemos comentado.
8. Use con precaución los medicamentos.
Debe evitar automedicarse, ya que existen fármacos útiles para su enfermedad (analgésicos, atiinflamatorios, analgésicos opiáceos, anticonvulsivantes, antidepresivos, etc.), pero siempre recetados y supervisados por su médico.
9. Use con precaución las medicinas alternativas.
Al no mejorar como desearía con la medicina tradicional, muchos pacientes acuden a medicinas alternativas. Debe ser cauto, pues puede ser una medicina «cara» y que no está regulada por guías médicas. Desconfíe siempre si le prometen la curación, le recomiendan que abandone el tratamiento médico, le dicen que el tratamiento es «secreto» o le solicitan cantidades económicas excesivas. Es recomendable que comente con su médico lo que ha decidido hacer, pues algunas de estas terapias, sí que pueden ser útiles: yoga, tai-chi, homeopatía...
10. Sea constante.
La paciencia es una virtud importante, necesitando a veces tiempo para conseguir «pequeños resultados». No eche todo a perder por tener un día malo: aunque mejore su enfermedad, no podrá evitar la existencia de «días malos». En estos días, salga, relaciónese con los demás y dedique más tiempo a relajarse.
FUENTE LASPROVINCIAS.ES